Los niños juegan cada vez menos y los adultos cada vez juegan menos con los hijos

En el día de hoy el pánico y la depresión como las enfermedades más analizadas por la psicología contemporánea. Y para los niños, algunos psicólogos comentan que están ocupando el lugar de las histéricas del siglo 19 y principios del siglo 20. La pregunta es: ¿que nos plantean los niños en el día de hoy?

Es cierto que se ve como anormal lo que en realidad es normal, me refiero a que un niño rompe cosas, es distraído, llora, es caprichoso, etc; pero también son las personas que tienen la capacidad de hacernos los más felices del mundo, hacen que los problemas estén en segundo plano, a amar como nunca. Es normal que un niño haga todas estas cosas y mucho más, por eso, no se debe medicar a diestra y siniestra, le privaríamos de la felicidad que tienen. Ellos hacen el papel de hijos y los padres deben hacer el papel de padres.

Pero aparte de lo comentado, también se plantea que un gran problema en el niño es la institucionalización temprana, ellos juegan cada vez menos y los adultos cada vez juegan menos con los hijos, los docentes con menos tiempo y menos espacios. En el mundo de hoy vivimos con la necesidad de tener más de un trabajo para poder pagar las cuentas o vivir mejor, ya no tenemos tiempo para las cosas más básicas como dormir o jugar con nuestros niños. Esto afecta directamente a los niños que pasan cada vez menos tiempo con los padres y que terminan siendo criados por terceras personas como empleados, abuelos o en las instituciones a donde se los envían para que los cuiden. Si es en una escuela, se dificulta mucho el aprendizaje ya que esos niños llegan para ser criados y no para aprender. Y esto pasa en clases de niños más grandes donde hay una permanente queja de los docentes por la falta de conducta de los niños en un aula. Y esta institucionalización es cada vez más temprana.

Imposibilitamos al niño de vivir una familia, sentir el calor de los padres, de vivir el aroma de una cálida y propia casa.

El mundo de hoy exige multiplicidad de atenciones en niños, pero el síntoma infantil por excelencia es el déficit atencional. Venimos de un contexto donde tenemos canales de TV 24 hs al día con dibujos animados, con Internet para ver cualquier tipo de programación, con celulares con APP, todo diseñadas para atrapar la atención mediante la imagen, con fácil acceso a la pornografía, y cada vez nuestros deseos están más digitalizados. Estos diagraman la forma que deseamos, nuestro pensamiento se educa en todos estos contenidos digitalizados, desde la sexualidad hasta la manera de comunicarnos. En este contexto se da un aumento de miedos, de pánico y de depresiones.

Las consultas de niños 10 años atrás eran por la tenencia de los hijos, en la actualidad los niños de padres separados que tienen que lidiar con la ausencia y el vacío de padres agobiados que no quieren ejercer como padres y se lo dejan a los abuelos para que ellos terminen llevándolos a psicólogos y sostener estos procesos como pueden.

Entonces se les da anfetaminas para que estén focalizados y que aumente el rendimiento, también benzodiacepinas a los adultos para lidiar con los miedos como la desocupación, o miedos derivativos como las incertidumbres como en esta pandemia, miedos que no vienen de afuera sino de adentro.

Hay autores que dice que para que se produzca semejante encuentro entre un medicamento y las aspiraciones sociales tiene que haber sido necesario que estas dolencias lleguen a ocupar progresivamente un lugar central en nuestra sociedad.

Estas drogas son las más buscadas, anheladas y solicitadas en las consultas con Psiquiatras. Ya no se toman pastillas para delirar o para drogarse sino pastillas simplemente para vivir.

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