Fernando Labandera: Ya cruzó la meta el último ciclista de la Vuelta

Desde siempre se ha dicho que el año comienza cuando cruza la meta el último ciclista de la Vuelta. Y ello ya pasó el domingo. Pero además de empezar el año por terminar la Semana Santa, pasa que esto recién comienza, porque desde la asunción del nuevo gobierno de Lacalle Pou no hemos tenido la posibilidad de ver otras situaciones que no sean las vinculadas a las de la pandemia, que por cierto nos tuvieron “bien entretenidos” y lograron más allá de los planteos políticos, un buen manejo de todo el panorama.

Pero además de la pandemia tuvimos un período concentrado en lo que se refería a los 135 artículos de la LUC y su pertinencia o no. Se votó que seguía como estaba, por lo que también salimos de eso. Ahora nos queda dedicarnos a lo que es más importante la gente y sus problemas.

La inflación está castigando, los aumentos desmesurados en los precios de los comestibles empujados por la situación y por los afanes desmedidos de muchos comerciantes que pretenden justificar esos aumentos con la situación, hace de la situación algo de mucho peso sobre las personas.

Pero no solo el precio de los comestibles, el precio del dinero está imposible. Esto es el precio del crédito dado por bancos y financieras, que abusan del público y su necesidad de efectivo. Se instaura la nueva modalidad de esclavitud donde la gente debe mucho más de lo que percibe y su posibilidad de pagarlo es muy remota y debe trabajar y su trabajo no llega a cubrir ni por asomo sus deudas, por lo que se convierte en una suerte de esclavitud moderna.
Es cierto que nadie le exige a la gente que se endeude y compre cosas que no necesita, pero para el caso de hacerlo tampoco corresponde que quienes manejan el efectivo se abusen de esa situación.

En la televisión los avisos de las empresas que prestan dinero se han multiplicado y dominan la grilla y le inculcamos a la gente que debe pedir más plata aunque ya no tengan de donde sacar para pagar.

El cigarrillo es malo y nadie le obliga a la gente a consumirlo, pero el estado toma partido subiendo el precio de los mimos con impuestos y prohibiéndolos en determinados lugares y todo eso para que la gente no fume. Pues hagamos algo para que la gente no se endeude y exijamos a los dueños del dinero no explotar a la gente y sus necesidades.

En Maldonado los vendedores de nafta denuncian que las tarjetas de crédito hacen más dinero con la financiación de las compras de combustibles que ellos vendiéndolo y por ello no aceptan tarjetas de crédito o débito. Pero esto se podría trasladar a todos los ámbitos de la economía donde los que financian ganan muchísimo más que el que produce. (sin contar que los emisores de tarjetas cobran a sus usuarios solo por tenerla).

El Estado es el que debe vigilar por el bienestar de todos y parte de ello es el defender a los particulares de los abusos. Hasta ahora el gobierno ha estado sometido a la presión de una pandemia global y luego a la presión de la oposición en el caso del referéndum y sus actividades colaterales imponiendo una época de paros sin cuartel. Pero ahora comienzan otros tiempos, esperemos que la dirección del país incluya la debida defensa de la gente que mucho necesitan de un estado protector.

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