La columna de «El Teco»»

Sobredosis de chamamé violeta.

El 8 de Marzo, en unos de los colegios donde trabajo , viví una situación que  hizo que volviera a replantearme en seguir en la educación.

Me siento cual “Alonso Quijano”, el personaje de Cervantes, peleando contra molinos de viento.

Apenas entré al salón y en todos pasó lo mismo, el tema central o mejor dicho, el único dado era, el «día de la mujer».

La planificación diaria parece ,no salió de tal tema

Entiendo que se quiera educar en derechos y contra la execrable violencia, pero que en cuatro horas de clase de lo único que hable, él o la docente sea » los derechos de la mujer» me parece al menos exagerado y abusivo.

No pasó nada más en la historia del mundo.

Las matemáticas y la ortógrafía, pueden esperar.

Parece  no alcanzaron las charlas e informaciones brindadas a los chicos, por todos los medios, directas e indirectas, que  se sumaron actos en el patio del recreo sobre el mismo tema.

Pensar que para recordar fechas patrias o actos heroicos, no ponen el mismo » entusiasmo»

Los que me conocen saben que desde hace muchos años la materia que imparto es Música.

Con los cambios actuales de  educar por  competencias y desarrollar el pensamiento crítico,  uniendo música y literatura, llevé una poesía de Juana de Ibarbourú, “La Higuera”, su biografía, porque  el 8 de Marzo es fecha de su nacimiento y además, para oficiar de carátula, para la carpeta, una Clave de Sol  en un pentagrama, muy delicadamente dibujado y listo para colorear.

La primer pregunta que recibí de una niña fue:

Profe, ¿La clave de sol la pintamos de violeta?

Mi respuesta fue: no necesariamente, a mi me parece que el violeta es un bello color, pero creo que hacerlo con muchos colores,  dejaría tu carátula muy bonita.  Piénsalo, decide tú.

Fue violeta, totalmente violeta.

Evidentemente, esta alumna tiene una “sobredosis de chamamé”, parafraseando la canción de Ámboe.

El segundo comentario  que se escuchó fue,  -en la dictadura a las mujeres las mataban sólo por salir a la calle.

Otro, que es muy futbolero, agregó en vos alta y muy seguro, ¡como en Catar!

Mi sorpresa fue mayúscula al escuchar algo tan grotescamente “militante” y le pregunté,  ¿quién le dijo que las mataban por salir a la calle?

La maestra,  fue la respuesta.

Así no. Eso no es educar, se asemeja a adoctrinar.

No merecen usar la túnica.

Póngale el nombre que usted considere, pero no es educación.

Su hijo o su nieto pueden estar recibiendo la misma información.

Y en algún caso usted está pagando una cuota para que le enseñen cosas que no son.

Ya estoy cansado, a punto de tirar la toalla.

Pues  lo que avizoro para el futuro, no es nada alentador y  menos halagüeño y no percibo ni veo a nadie con capacidad  de cambiar esta realidad que agobia.

Y como me dijo una madre, con profusa cabellera, teñida de violeta en la reunión de padres, al inicio del año lectivo, «estoy más cerca del arpa que de la guitarra» .

«Harto, ya de estar harto, ya me cansé»,  cantaba Serrat.

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