Este 1ero de Mayo, estuve escuchando a los sindicalistas, dirigentes frenteamplistas, que subieron al estrado para darnos lecciones de como manejar y administrar un gobierno.
Es increíble al escucharlos el como la gente no los eligió en las elecciones pasadas.
Vimos y oímos todos, los sesudos análisis y la claridad de los sindicalistas con fórmulas fabulosas.
Son las mismas caras, siempre reconocidos por sus reclamos y también desventuras.
En algún caso, había en el escenario, compañeros que se levantan muy temprano y desayunan con “te con hielo”, que les produce dificultades con la conducción de automóviles.
También otras personalidades, más al costado, como aquél que acomodó a toda la familia, con tan solo algunas llamadas telefónicas.
Se vio entre la multitud, algún legislador con problemas con el cumplimiento de obligaciones municipales, y otro, que siendo integrante de la cámara estaba medio escondido, sin remera cubana y con problemas de violencia doméstica.
Un ejemplo de gente a seguir.
Vimos a dos intendentes, que estaban muy de acuerdo con los dichos proclamados en que se gobernaba para los “ malla oro”, justo ellos vienen a opinar de competencias de birrodados, justo Cosse y Orsi, que parafraseandolos, sin duda se llevan el premio Sprinter, por su extrema velocidad, o sea los sabemos son muy ligeritos y expertos en contrarreloj.
Los sindicalistas logicamente juzgando al gobierno y sus medidas como lo han hecho siempre, claro siempre y cuando no sean gobiernos de izquierda, ahí ya hemos visto unos maravillosos ejercicios de calistenia para la tribuna de militantes gremialistas.
También quedo claro que la convocatoria por el hambre se daba de bruces con la presencia de varias exuberantes barriguitas que pusieron en riesgo la vista de los presentes, porque estuvo a punto de saltar más de un botón, por la presión a la que se sometía a la camisa.
Me dieron muchas ganas de candidatearme a algo, solo hay que tener buenas propuestas para el pueblo.
Yo pienso que si prometo, que todos los uruguayos van a ser lindos, elegantes, estilizados, sanos, con plata, auto y casa propia y jubilaciones altas, puedo tener alguna chance de llegar al Senado.
Seré firme en mis principios.
Y si no le gustan estas propuestas y principios, a lo Groucho Marx, tengo otros