Teresita Rodríguez: Consejos

1
En la vida aprendí que llegar alto no es crecer y que mirar, no siempre es ver.
Aprendí que es importante razonar y saber que mucho más que lo que vi, es lo que me queda por ver.
2
Recuerdo el consejo que me dio mi padre cuando cumplí dieciocho años hablando de los derechos y deberes que, como ciudadana debía ejercer.
Me dijo: “si tú quieres ser feliz, haz lo que te dicte tu corazón, no te dejes oprimir por ninguna ideología o religión. Sé siempre libre en pensamiento y acción, escucha a los mayores, respetando sus derechos”.
Por eso, siempre ocupo mi lugar, tratando de llegar siempre a una buena convivencia y es esa la manera de ver la vida que practico con orgullo. Fue mi mejor amigo y consejero.
3
Recuerdo la vida de un inmigrante libanés que llegó al país después de la Segunda Guerra Mundial.
Miguel se instaló en el pueblo, donde siempre vivió solo. Y, desde allí, recorría la campaña con su carruaje cerrado.
Vendía de todo. Su carro era una verdadera tienda rodante. Ropa de cama, pantalones, buzos…
Siempre alegre y respetuoso, nos visitaba cada tanto.
Cuando lo veíamos llegar era una alegría, pues sabíamos que los caramelos no faltaban. Tampoco faltaban los buenos consejos: “A lavarse las manos si quieren golosinas”.
El turco -como le decíamos- siempre nos repetía “hay que ser bueno, no solo parecerlo para tener muchos amigos”.
Un día se marchó para siempre. Lo extrañamos muchos porque fue un buen vecino.
Pero sus consejos sabios perduran aún hoy.

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