Tras 25 días de intensas lluvias y fuertes vientos, el país se enfrenta al comienzo de la Fase de Recuperación luego del evento meteorológico adverso que comenzó el pasado 12 de marzo. Durante este período, se registraron afectaciones en 12 departamentos, con más de 6 mil personas desplazadas de sus hogares y numerosos cortes en servicios básicos como electricidad y agua potable.
El fenómeno meteorológico, que se prolongó por más de tres semanas, provocó voladuras de techos, caída de árboles, cortes de rutas y la interrupción del suministro de energía eléctrica y agua en diversas zonas del país. El pico de clientes sin suministro de energía alcanzó los 116,000 durante la alerta roja emitida en la madrugada del 21 de marzo, mientras que se registraron hasta 30 cortes simultáneos de rutas nacionales el 22 de marzo.
Entre los departamentos más afectados se encuentran Durazno, Canelones, Florida y San José, donde miles de personas debieron abandonar sus hogares debido al riesgo asociado a las inundaciones y otros eventos adversos. Cabe destacar que, si bien se registraron 995 personas evacuadas en el pico más alto, el número de autoevacuados alcanzó los 5,334 el 24 de marzo.
Las condiciones climáticas adversas fueron pronosticadas por el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), que emitió avisos a la población desde el 11 de marzo, advirtiendo sobre una semana de inestabilidad atmosférica. Estos avisos se actualizaron regularmente, llegando a elevarse a alerta roja durante la jornada del 20 de marzo.
El impacto de las lluvias intensas se reflejó en los acumulados mensuales, que superaron ampliamente la media histórica y se situaron entre los más altos de los últimos 45 años. Localidades como San José, Florida y Río Negro fueron las más afectadas, con acumulados que duplicaron e incluso triplicaron los valores promedio para el mes de marzo.
Ahora, con el inicio de la Fase de Recuperación, las autoridades se centran en proporcionar respuestas habitacionales para las familias cuyas viviendas resultaron inhabitables. Si bien se han registrado mejoras en las condiciones climáticas, se mantienen los esfuerzos para restaurar la normalidad en las zonas afectadas y brindar apoyo a los damnificados.