Ante un nuevo comienzo de clases, ANEP y Plan Ceibal, con el apoyo de las agencias de Naciones Unidas OPS, UNESCO, UNFPA y UNICEF, se unieron para promover la campaña #CadaDíaCuenta, que busca revalorizar la educación para el desarrollo de las niñas y niños, garantizando los cuidados necesarios en el marco de la crisis sanitaria. Esta iniciativa también pretende enfatizar en la necesidad de continuar acompañando otras modalidades que complementan los aprendizajes del aula, y mantienen vinculados a los escolares con los centros educativos. Si bien los niños no son la población más damnificada por la enfermedad del coronavirus, toda una generación vio afectada su educación durante el año 2020, como consecuencia de la pandemia. Millones de niños alrededor del mundo perdieron un año escolar completo debido a los confinamientos por causa del COVID-19, de los cuales el 60% pertenecen a América Latina y el Caribe. En este contexto, Uruguay logró mantener la educación remota gracias al amplio acceso de los estudiantes a la plataforma educativa de Plan Ceibal, y fue uno de los primeros países del mundo en retomar la educación presencial durante la pandemia. No asistir todos los días a la escuela por largos períodos, aumenta la probabilidad de que los niños se desvinculen del sistema educativo. Adicionalmente, puede afectar sus emociones, su salud mental, su capacidad de aprendizaje, el manejo de las frustraciones y la comunicación. También podrían presentarse dificultades en las rutinas de alimentación por el aumento de tiempo frente a las pantallas y la falta de ejercicio, lo que podría llevar a un aumento de peso y al riesgo de padecer obesidad. Hacia una presencialidad plena Esta campaña tiene como objetivo visibilizar al centro educativo como un lugar de relevancia donde pueden interactuar con sus compañeros, buscar apoyo, acceder a servicios de salud e inmunización y a una comida nutritiva. También reconoce el esfuerzo que todas las comunidades educativas realizan, para garantizar el derecho a la educación de todos los niños y niñas. Con el avance del COVID y el correr de los meses, diversos estudios han demostrado que los centros educativos no presentan un riesgo mayor si se toman los recaudos necesarios. En ese sentido, la evidencia señala que la educación presencial -especialmente cuando va acompañada de medidas preventivas y de control- presenta tasas de transmisión secundaria de COVID-19 más bajas, en comparación con otros entornos, y que no contribuyen significativamente a los riesgos de transmisión a la comunidad en general. Además, el COVID-19 parece tener una carga directa limitada sobre la salud de los niños, ya que representa alrededor del 8,5% de los casos notificados en todo el mundo, especialmente en la franja de edad menor a los 10 años. La ANEP, con el apoyo de sus socios, reconoce a través de esta campaña el esfuerzo que todas las comunidades educativas, familias, docentes, equipos de auxiliares, y administrativos realizan para que los niños puedan volver a clases con la mayor presencialidad que cada contexto permita. Asimismo, refuerza su compromiso para que la asistencia plena sea posible para todos los niños y niñas.