Redacción Diario CAMBIOS
Con esfuerzo constante, amor por el campo y una visión clara de crecimiento, la productora Ivana Sastre logró consolidar un emprendimiento ovino cerca de Sarandí Grande, sobre Ruta 42, que hoy cuenta con más de 130 vientres. Se trata de un proyecto que combina tradición familiar con técnicas de mejora genética, y que ha sido fruto de años de trabajo y dedicación.
En una entrevista brindada a Canal A+V, Sastre relató que su vínculo con la actividad comenzó desde muy chica, criando animales huachos junto a su padre. “Todo empezó cuando era niña, con los animales huachos y el campito con papá. Años después, arrendé un campo y comencé con unas pocas ovejas. Las hembras que nacían se quedaban y así fui haciendo crecer la majada”, recordó.
El enfoque del establecimiento está orientado a mejorar la raza ovina, buscando ejemplares cada vez más puros. Su jornada diaria comienza bien temprano, sacando a las ovejas de los corrales para el pastoreo. “Después van a las chacras, al mediodía las saco a tomar agua y a la tarde vuelven a entrar hasta la tardecita”, detalló.
El trabajo también implica otras tareas fundamentales para el bienestar animal, como la aplicación de vacunas, cuidado podal, control sanitario y prevención de enfermedades como la bichera. Afortunadamente, según indicó, no ha enfrentado mayores problemas sanitarios hasta el momento.
El ciclo productivo se intensifica a fines de junio y julio, cuando comienza la época de pariciones, un momento clave que requiere atención y trabajo adicional.
La historia de Ivana Sastre es reflejo del compromiso y la capacidad de muchas mujeres rurales que, con esfuerzo y visión, logran hacer crecer sus emprendimientos en el interior del país.
Fuente: sarandi365.com.uy