Las Hermanas del Buen Pastor de la Divina Providencia llevan adelante una labor clave de acompañamiento a mujeres que cumplen condenas en prisión, brindándoles no solo apoyo espiritual, sino también ayuda práctica para su reinserción social. Recientemente firmaron un acuerdo de cooperación con el Instituto Penitenciario de Krzywaniec en Polonia, ampliando así sus actividades de resocialización.
Redacción de Cambios
Sor Krzysztofa Kujawska, representante de la congregación, afirmó a Radio Vaticana que “nuestra entrada en prisión tiene exactamente ese objetivo, dar esperanza a las mujeres”. Desde abril realizan encuentros grupales e individuales con las internas, que buscan fortalecer no solo el bienestar espiritual sino también ofrecer ayuda concreta tras la salida, como asistencia con vivienda, empleo y apoyo psicológico.
Las Hermanas no gestionan centros penitenciarios, pero abren sus casas religiosas para que las mujeres puedan vivir allí tras cumplir su condena. “Si alguna de ellas quiere estar con nosotras —porque este es nuestro carisma— puede vivir en nuestras casas para el resto de su vida”, señaló sor Krzysztofa, resaltando el compromiso permanente con estas mujeres.
El carisma de la congregación, inspirado en la beata María Karłowska, tiene como misión ayudar a mujeres en crisis, dándoles dignidad y esperanza para un futuro distinto. Este trabajo, basado en la confianza y el diálogo, ha generado resultados positivos y busca extenderse a otras cárceles.
Además, las Hermanas entregan paquetes y facilitan la correspondencia para mantener el vínculo con las familias, ayudando a superar el aislamiento que muchas detenidas sufren.
Desde la Diócesis de Florida se destaca esta labor como un ejemplo de acompañamiento integral que contribuye a la transformación y reinserción social de mujeres privadas de libertad.