En una emotiva homilía durante la Santa Misa de clausura en Tor Vergata, el Papa alentó a no buscar plenitud en lo material, sino en el amor, el don y la alegría compartida.
Redacción de Cambios
Ante una multitud de más de un millón de jóvenes reunidos en la explanada de Tor Vergata, el Papa León XIV presidió la Santa Misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes con un mensaje profundo y esperanzador. En su homilía, invitó a los presentes a no conformarse con lo mínimo y a “aspirar a cosas grandes, a la santidad”.
El Santo Padre recordó que la verdadera plenitud de la vida no radica en lo que acumulamos o poseemos, sino en lo que somos capaces de acoger y compartir con alegría. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones”, expresó, destacando que es en ese amor donde se encuentra el verdadero sentido de la existencia.
También reflexionó sobre la fragilidad humana, afirmando que no debe ser considerada un tabú. “No fuimos hechos para una vida donde todo es firme y seguro, sino para una existencia que se regenera constantemente en el don y el amor”, señaló León XIV ante una explanada vibrante de juventud y fe.
El encuentro fue el cierre de una intensa celebración de fe, comunión y renovación espiritual que dejó una huella profunda en quienes participaron desde distintas partes del mundo.
Fuente: Diócesis de Florida.