La Lic. Lía Espoueys brindó una charla en el Teatro 25 de Agosto, organizada por RE-CREAR, con el apoyo de instituciones, familias y voluntarios
Redacción de Cambios
La noche de ayer, el Teatro 25 de Agosto se vistió de compromiso y sensibilidad con una actividad que reunió a familias, estudiantes, profesionales y autoridades para reflexionar sobre el autismo y la educación inclusiva. La jornada, organizada por RE-CREAR, tuvo como eje central la exposición de la Lic. Lía Espoueys, titulada Autismo y Educación: Herramientas para una Inclusión Real, y estuvo acompañada de intervenciones, agradecimientos y muestras artísticas que dieron un marco humano y cercano a la propuesta.
Octavio Hernández, representante de RE-CREAR, abrió el encuentro subrayando la importancia de generar espacios que promuevan una sociedad “más justa y más empática”. Reconoció el esfuerzo colectivo que permitió llevar adelante la actividad, mencionando especialmente al grupo de estudiantes del bachillerato de cocina de UTU que ofreció una degustación inicial, al equipo de RE-CREAR, a las familias que acompañan día a día y a los niños, niñas, adolescentes y adultos que participan en las propuestas de la institución. También destacó el respaldo institucional del Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Desarrollo Social, INAU, la Intendencia de Florida, la Federación Autismo del Uruguay, la Comisión Honoraria Departamental de Discapacidad y la prensa, a la que definió como clave para difundir y sensibilizar sobre la temática.
El cierre artístico estuvo a cargo de la banda “Los Reamigos”, integrada por personas del Proyecto Adulto de RE-CREAR, que interpretaron un repertorio acompañados por el músico local Sebastián de Ramendi. La propuesta musical fue recibida con aplausos y emoción por parte del público, que llenó buena parte de la sala.
Por su parte, el psicólogo Martín Alexandre repasó la historia de RE-CREAR, institución que el próximo año celebrará 15 años de trabajo ininterrumpido. Recordó que su origen se remonta a un grupo de madres y padres que, al recibir el diagnóstico de autismo de sus hijos, se encontraron con la falta de recursos y herramientas para acompañarlos. Desde entonces, la organización ha crecido con una fuerte impronta comunitaria, impulsando proyectos de arte, música y programas de abordaje integral que hoy alcanzan a niños, niñas y adolescentes de todo el departamento. Alexandre destacó la importancia de combinar profesionalismo, planificación y humanidad, asegurando que la espontaneidad y el corazón son tan necesarios como el conocimiento técnico para trabajar con personas con autismo.
En su exposición, la Lic. Lía Espoueys desarrolló la idea de que la verdadera inclusión es un “traje a medida” que debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona. Explicó que el autismo es un espectro amplio, con gran diversidad en las formas de comunicarse, relacionarse e interactuar. Para obtener un diagnóstico, detalló, deben observarse dificultades en la comunicación social y la presencia de intereses o comportamientos repetitivos y restringidos. Señaló que, aunque en la mayoría de los casos el diagnóstico se realiza antes de los tres años, también puede ocurrir en edades más avanzadas, cuando las exigencias sociales y cognitivas superan las habilidades desarrolladas hasta ese momento.
La profesional alentó a repensar la mirada sobre las personas con autismo, proponiendo un cambio de perspectiva que permita comprender mejor sus modos de percibir y desenvolverse en el mundo. “Mirar diferente para apoyar diferente” fue uno de los mensajes centrales que dejó a los presentes, insistiendo en que la combinación de teoría, práctica, contexto y empatía es clave para lograr una inclusión auténtica.
El encuentro concluyó con un clima de entusiasmo y reflexión, reafirmando que la inclusión real no es solo un objetivo, sino un camino que se construye con el aporte de cada persona, institución y familia dispuesta a comprometerse con la diversidad y la igualdad de oportunidades.
