Experto alerta a padres sobre riesgos de la pornografía en niños y adolescentes

POR BLANCA RUIZ | ACI Prensa El consumo de pornografía por parte de los niños y adolescentes consecuencias en su formación, señaló Jorge Gutiérrez, uno de los impulsores de Dale Una Vuelta, fundación que tiene seis años ayudando a personas que caen en esta adicción. Según datos de esta fundación, la edad media de inicio del consumo de pornografía es de 11 años. Además, señala que 1 de cada 10 menores europeos hace sexting (envío de imágenes propias de contenido sexual), y que el 90% de los niños entre 8 y 16 años ha visitado una web porno. De hecho, diversos estudios mostraron que tan sólo en los primeros días después del primer confinamiento en el año 2020, el aumento mundial del consumo de pornografía aumentó en torno al 12%, y Pornhub, el principal portal de pornografía hizo público que el tráfico de su web aumentó entre un 30 y un 60%, ya que esta plataforma ofreció de manera gratuita los contenidos que ofrecía de pago hasta entonces. «El aislamiento, la ansiedad, el aburrimiento, y la imposibilidad de realizar otras actividades, fueron un caldo de cultivo para el aumento de la demanda», asegura Jorge Gutiérrez a ACI Prensa. En el caso de los menores de edad, desde Dale Una Vuelta recordó que sus cerebros se «están formando, son más moldeables y por lo tanto más vulnerables. No están capacitados para entender lo que están viendo. El impacto que les provoca chocarse con escenas muy visuales o donde se vulnera a la mujer, puede hacerles entender que eso es lo normal y es lo que cabe esperar en una relación sexual real». «Por tanto, todo lo que reciba en estos años tendrá su importancia de cara al futuro. Se suele decir que una imagen pornográfica entra al cerebro en un segundo y tarda años en salir. Hay gente que reconoce que no se le va de la cabeza aquella imagen porno que vio hace diez, veinte o treinta años», indicó. También advierte que «el consumo temprano de pornografía influye en una adicción futura, aunque hay muchos otros factores, como es lógico. Y también es cierto que para que exista adicción es preciso un consumo frecuente y muchas veces más extremo, más duro»; por eso anima a los padres a estar pendientes, «conocer las señales de alarma, tener confianza con él o ella y abrir las puertas a una conversación» para poder «detectar a tiempo, ayudar al menor». Sobre el inicio de la fundación, Gutiérrez relató que comenzó en el año 2015 «casi por obligación», ya que detectó este problema en varios amigos suyos y no encontraba soluciones. «Comenzamos con un objetivo claro: dar a conocer este problema tan complejo, anónimo y muy fácil de esconder. Hacía falta sacar a la luz un mundo de sufrimiento, subterráneo, invisible, que estaba haciendo estragos y nadie hablaba de él», precisó. El equipo de Dale Una Vuelta está formado principalmente por voluntarios psicólogos, educadores y otros profesionales que comparten la idea común de que «el porno perjudica al sexo, una de las dimensiones más importantes del ser humano, que puede hacer muy feliz al hombre y a la mujer o, al revés, convertirle en un ser desgraciado, aislado, sin corazón». Según precisa Gutiérrez, el uso de la pornografía «está normalizado y por ello muchas personas piensan que un consumo moderado y responsable no hace mal a nadie y, tienen la sensación de «yo controlo», que es muy habitual en todo tipo de comportamientos más o menos adictivos».

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