El Día Mundial Sin Tabaco se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año. Esta celebración anual informa al público acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. La celebración de este día es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco y fomentar la observancia del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. El consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria. La Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, en el marco de sus estrategias referentes al consumo de tabaco y nicotina, propone una acción que nos demuestra que fumar cigarrillos tradicionales, electrónicos, productos de tabaco calentado o pipas de agua afecta hasta en las prácticas cotidianas.
En nuestro país hay más de medio millón de personas adictas al tabaco y nicotina. Según estudios, en Uruguay el 21.6% de la población mayor a 14 años es fumadora. Se estima que la mitad de los fumadores morirán a consecuencia del consumo de tabaco, esto significa 6.570 personas al año, lo que se traduce aproximadamente en 18 personas por día. Los diferentes tipos de cáncer (pulmón, labio, boca, faringe, laringe, esófago, vejiga, riñón, hígado, estómago, páncreas, colo-recto, cuello de útero y leucemia mieloide aguda), enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas son solo algunos de los problemas que causa el tabaquismo. La única forma de controlar esta epidemia es no comenzar o dejar de consumir.
La Comisión busca educar e informar sobre una problemática que afecta a fumadores y no fumadores, ya que no existe una forma segura de consumir y no hay un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ambiental. Sin embargo, abandonar el consumo reduce los riesgos para la salud, produce beneficios inmediatos y a largo plazo.
Lo más importante es que los daños que causa el tabaco son totalmente prevenibles y algunos, incluso, hasta reversibles si se deja de fumar, por eso la Comisión decidió abordar este problema mostrando una situación que se evidencia en la vida cotidiana. Para ello contactó un locutor fumador y uno no fumador que demuestran los efectos de la pérdida de la capacidad pulmonar que es una de las consecuencias más evidentes y desarrolló un experimento que fue amplificado en una pieza de radio de una forma tan innovadora como real.
En Uruguay, 22,2% de los adultos son fumadores, siendo mayor la prevalencia en mujeres que en varones en el rango etario entre 15 y 18 año. Así mismo, durante el embarazo, hay una frecuencia de tabaquismo del 9,8% en las pacientes que se atienden en instituciones privadas, y del 26,3% en instituciones públicas.
El tabaco es el un producto de tabaco único dado que mata a la mitad de sus consumidores crónicos, aunque se consuma tal cual lo sugieren sus fabricantes. La ciencia ha demostrado inequívocamente que el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco son causas de mortalidad, morbilidad y discapacidad. Según la O.M.S. el consumo de tabaco está relacionado con 6 de las principales 8 causas de muerte 7 y es la principal causa de muerte, absolutamente prevenible, que existe actualmente en el mundo. Si no varía tendencia actual, el tabaco matará aproximadamente a 10 millones de personas al año, hasta el 2025 de los cuales 7 millones ocurrirán en países en desarrollo y a 1000 millones de personas hasta el final del siglo XXI.