La semana pasada, la vivimos, para los que somos amantes del Turf, con una sensación rara…cuando el miércoles por la tarde se hizo oficial de que la reunión del próximo 2 de mayo quedaba suspendida.
Si bien este desenlace era previsible para quienes estamos inmersos en la actividad, teníamos la ilusión de ver una luz al final del túnel y que se revirtiera esta situación.
Si lo analizamos objetivamente y aunque duela, la medida ha sido la correcta. Los organismos que apoyan el SINT han realizado varias observaciones a las autoridades de nuestro Hipódromo.
La principal, creo yo y no menor, es la cantera existente en la pelouse que ha tomado un gran tamaño y los terraplenes de balasto que hacen invisible la carrera en el opuesto por muchos metros…
Mejoras de la pista, principalmente el mantenimiento y el cuidado de las barandas…
Y en la Villa Hípica, terminar detalles de los boxes transitorios, como así también mejorar otros ya existentes y que, el paso de los años han deteriorado bastante y que son muy necesarios al llegar un nuevo 3 de junio para albergar caballos provenientes de distintos lugares.
Nosotros que asistimos seguidos a la Villa Hípica, hemos notado como se ha venido acentuando su decadencia.
Las autoridades están al tanto de la situación y están esperando una mejoría del tiempo para poner mano a la obra.
Es indudable que cuando no tenemos actividad como pasa en la actualidad, ahí es que nos damos cuenta y valoramos lo que significa un Hipódromo con más de 120 años de historia.
Esperemos con confianza volver a tener la emoción de las carreras en el Irineo Leguisamo…y que un tropezón, no sea caída…