En este Día ONUSIDA instó a todos y cada uno de los humanos a abordar las desigualdades que están frenando el progreso para poner fin al sida.
El eslogan «Igualdad Ya» es una llamada a la acción. Pretende impulsar a trabajar en todas aquellas acciones prácticas que se ha demostrado que son necesarias para abordar las desigualdades y ayudar a poner fin al sida. Unas 650.000 personas fallecieron a causa del sida en 2021 y un millón y medio de personas se contagiaron de la enfermedad el año pasado, según el informe anual del Programa de las Naciones Unidas de Lucha contra el VIH/sida (ONUSIDA). El número total de nuevas infecciones el año pasado fue similar al que se registró en 2020, mientras que los fallecimientos bajaron un 5,79 %, aunque se ha observado que la tasa de mortalidad es especialmente alarmante entre los niños. Según ONUSIDA, un 15 % de todos los fallecimientos el año pasado correspondieron a niños menores de 14 años, a pesar de que representan menos del 15 % de los seropositivos en todo el mundo.
En total, 38,4 millones de personas padecen de VIH en todo el mundo, según las últimas estadísticas que existen, un 1,5 % más que en 2020, cuando la enfermedad afectaba a unos 37,8 millones de personas, de acuerdo con el informe presentado en vísperas del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el 1 de diciembre. De cualquier modo, las nuevas infecciones se han reducido un 54 % desde su pico en 1996 y los fallecimientos han descendido un 32 % desde 2004, cuando dos millones de personas perdieron la vida por el sida.
Por el modo de transmisión, casi dos tercios de los contagios globales se produjeron por contacto sexual entre personas pertenecientes a los grupos de riesgo (trabajadores del sexo, hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas inyectadas y personas transgénero).
La parte positiva es que en 2021 aumentó el número de personas con acceso a las terapias con medicamentos antirretrovirales, que se incrementó un 5,22 %, alcanzando los 28,7 millones de personas tratadas. Por regiones, el este y el sur de África acumulan casi la mitad de los casos totales de sida en el mundo: 20,6 millones, de los cuales un 78 % tienen acceso a tratamientos con antirretrovirales. El tratamiento es menos común en el norte de ese continente y en Asia central, donde apenas la mitad de la población afectada dispone de las terapias necesarias. «No estamos en el camino de erradicar el sida, las nuevas infecciones aumentan y las muertes por la enfermedad continúan en demasiadas comunidades», ha señalado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, en la introducción del informe. El documento destaca la desigualdad de género en la lucha contra el sida en las distintas regiones del mundo y muestra su impacto en las mujeres del África subsahariana, donde las jóvenes de 15 a 19 años tienen el doble de probabilidades de infección que los hombres del mismo grupo de edad.
Un 63 % de las nuevas infecciones por VIH en la región fueron mujeres, casi diez puntos porcentuales más que en las estadísticas globales. Byanyima ha señalado que, para contrarrestar esa tendencia, se debe garantizar la escolarización de las niñas, plantar soluciones a la violencia de género y promover modelos de masculinidad no dañinos. Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan. Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido. Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades como entre el sur y el norte del mundo. Las comunidades podrán utilizar y adaptar el mensaje «Igualdad Ya» para resaltar las desigualdades particulares a las que se enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.
Los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años de la COVID-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha decaído, los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo. Tras cuatro décadas de respuesta al VIH, las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.