Los ministros de Economía, Azucena Arbeleche, y de Industria, Omar Paganini, anunciaron el lunes 12 que no se aumentará el precio de los combustibles, y expusieron el nuevo mecanismo de fijación de tarifas para transparentar el sistema. Arbeleche dijo que la decisión implica costos de 30 millones de dólares solo en abril, pero que «el Gobierno lo entendió necesario como apoyo al sistema productivo y a la ciudadanía». «A pesar de la evolución de las tarifas en la región y de que en Uruguay el precio del gasoil no se modifica desde enero de 2018, el Gobierno decidió no trasladar los aumentos en el precio del petróleo a los combustibles. No se va a aumentar el precio de la nafta ni del gasoil en este momento», anunció Arbeleche. La ministra ilustró que en noviembre de 2020 el precio del crudo Brent, que es el que Ancap toma como referencia para la fijación del precio de los combustibles, estaba por debajo de los 40 dólares por barril y que se fue incrementando con el transcurso de los meses hasta situarse en 65 dólares por barril, en marzo. Explicó que, entre marzo y diciembre del último año, el aumento del precio del petróleo fue 30,8 %, lo que determinó un incremento de naftas y gasoil en muchos países. La secretaria de Estado justificó la decisión anunciada en que «el país está viviendo momentos extraordinarios, que también requieren respuestas extraordinarias». Agregó que «este es un apoyo que el Gobierno le da al sector productivo, principalmente a las empresas más pequeñas, para que puedan pasar la situación de pandemia». El costo que genera solo en abril esta determinación es de 30 millones de dólares, lo que, consideró, significa un «deterioro en el resultado fiscal», pero es algo que «el Gobierno entiende necesario para apoyar al sistema productivo y a la ciudadanía en general». Arbeleche señaló que el «manejo responsable de las finanzas públicas» en 2020 y 2021 permitió tomar la decisión anunciada. Agregó que el Poder Ejecutivo continuará el monitoreo mensual de la evolución del precio del crudo y resolverá cuándo corresponda trasladar los incrementos a las tarifas públicas. A continuación, Paganini se refirió al nuevo esquema de fijación de tarifas, mecanismo que se utilizará para el próximo incremento de combustibles y sobre el que señaló que fue elaborado para aportarle más transparencia al sistema y evitar usos discrecionales en la fijación de las tarifas. Otro objetivo mencionado de los cambios es generar incentivos para disminuir los costos nacionales asociados a los combustibles, como es el caso de la cadena que incluye la refinación, distribución y comercialización. El nuevo sistema de fijación de tarifas de combustible, según explicó, se basa en dos componentes centrales: en el precio y la paridad de importación, al que se agregó un factor denominado x, adjudicado a sobrecostos en los que incurre la petrolera estatal, porque hay pérdidas y subsidios que debe absorber, y porque padece de un sobreprecio estructural que debe llegar a cero en una transición de tres años y que implicará cambios en el sector. El factor x se compone de los costos en que incurre Ancap por asumir pérdidas en el negocio del cemento pórtland, que es deficitario hace más de 20 años, y se traslada al precio del combustible. Además, la mezcla de agrocombustibles que realiza el organismo está por encima de lo que marca la ley, y también generan sobrecostos el subsidio al supergás, así como gastos estructurales de la petrolera. Al día de hoy, la suma de todos elementos representa 3 pesos por litro de combustible vendido, indicó el expositor.