La mesa floridense se enciende:sabores, costumbres y preparativos para las Fiestas en todo el departamento

En Florida, las Fiestas no solo marcan el fin de un año, sino también el reencuentro con una tradición culinaria que combina lo clásico, lo familiar y lo que cada familia siente como propio.

A medida que diciembre avanza, los comercios locales comienzan a colmarse de productos típicos, las carnicerías reciben pedidos anticipados y las panaderías multiplican el ritmo para cubrir la demanda de panes dulces y budines. En los barrios, en el Interior profundo y en la ciudad, la preparación se vive con la misma expectativa: reunir a la familia alrededor de la mesa y del fuego.
El asado es, para la mayoría de los floridenses, el corazón de la celebración. Muchas familias arman la parrilla desde temprano, incluso antes de que caiga el sol, para aprovechar el aire fresco de la tardecita. El aroma de la leña o del carbón encendido se mezcla con el sonido de las reuniones que comienzan a armarse. Asado de tira, vacío, colita de cuadril, pollo y costillas suelen ser los cortes más elegidos, mientras que las achuras —morcillas dulces y saladas, chorizos, chinchulines o mollejas— se sirven como entrada o para picar mientras se espera el plato principal.
En paralelo, la cocina se transforma en una fábrica improvisada de ensaladas frías, uno de los pilares más fuertes de estas fechas. La ensalada rusa sigue siendo la estrella de casi todas las mesas, pero convive con otras versiones igualmente populares: arroz con atún, papas con boniatos, choclo con mayonesa, y combinaciones frescas de lechuga, zanahoria, tomate y huevo. Estas preparaciones no solo alivian el calor de la temporada, sino que permiten organizar la cena con anticipación, un detalle clave para quienes pasan el día trabajando o repartiendo tareas entre varios integrantes de la familia.
Los platos fríos también ganan espacio. Los piononos salados, arrollados de atún o de jamón y queso, las tartas frías y las bandejas de fiambres son alternativas muy frecuentes cuando las reuniones son grandes o cuando cada invitado aporta algo. Estos platos, además de prácticos, garantizan variedad y una mesa abundante sin necesidad de pasar todo el día entre ollas y hornallas.
En lo dulce, la tradición se mantiene firme. El pan dulce —con frutas abrillantadas, sin ellas o con chips de chocolate— nunca falta, y es uno de los primeros en cortar después del brindis. Junto a él aparecen budines ingleses, garrapiñadas de maní o almendra, turrones y confituras típicas de la época. El helado, que año tras año gana terreno en la mesa navideña, se convierte en una opción refrescante para cerrar la noche en un departamento donde diciembre suele presentar temperaturas elevadas. La ensalada de frutas también es habitual, así como postres caseros que se transmiten de generación en generación: flan, postre de durazno, gelatinas de colores o el clásico Martín Fierro.
En cuanto a las bebidas, la sidra sigue ocupando un lugar simbólico y afectivo en los brindis floridenses. Aunque muchos optan por vinos tintos, blancos o rosados, así como cervezas bien frías, la sidra conserva su rol de bebida tradicional del cierre del año. En varias casas aparece también el clericó, que mezcla frutas frescas con vino blanco o espumante, y se prepara en grandes jarras para compartir.
Pero las Fiestas en Florida no se reducen solo a lo que se sirve en la mesa: también están hechas de costumbres que se repiten año tras año. Cenar tarde, compartir el brindis a medianoche, salir a la vereda a saludar a los vecinos, recibir a familiares que llegan desde otros puntos del país o del departamento, o reunirse con amigos en encuentros que se extienden hasta la madrugada. Para muchos floridenses, las Fiestas combinan tradición, comunidad y la alegría sencilla de compartir.
La mesa navideña y de fin de año no es solo comida; es una expresión de identidad local, de unión familiar y de un ritual que se renueva con cada diciembre. Y mientras el departamento se prepara para recibir otro cierre de año, los sabores de siempre vuelven a ocupar su lugar en los hogares, recordando que en Florida las Fiestas se celebran con comida abundante, buena compañía y el afecto que se repite generación tras generación.
Redacción de Cambios

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