Como los Apóstoles buscaron constantemente adaptar a su mentalidad anterior las extraordinarias revelaciones hechas por Nuestro Señor, permanecieron con una visión distorsionada de la Buena Nueva hasta el día del descenso del Paráclito al Cenáculo. Allí, el mismo Espíritu Santo asumió las virtudes que habían sido infundidas en sus almas, e hizo que los dones, pasivos como un candelabro apagado, se iluminaran con todas las energías posibles. Sólo mediante la acción de estos dones las virtudes infundidas pueden alcanzar su pleno y perfecto desarrollo. [15]
Así podemos evaluar el alcance inconmensurable, para la vida de la Iglesia, de la acción del Espíritu Santo, a quien San Cirilo de Jerusalén llama “el guardián y santificador de la Iglesia, el director de las almas, el piloto de los barcos bajo la tempestad, Aquel que ilumina a los equivocados, premia a los combatientes y corona a los vencedores ”. [16]
Después de todo, con el derramamiento de las gracias de Pentecostés, esta visión humana de Nuestro Señor murió en las almas de los Apóstoles. Pero, bajo diferentes formas, continúa a lo largo de la Historia e incluso es posible que se encuentren huellas de ella en nuestra alma, como un gusano que nos devora por dentro, moviéndonos a actuar en todo por egoísmo, por puro interés personal, considerando la Religión en una perspectiva social y política.
Necesidad del sufrimiento para alcanzar la gloria
Analizando la liturgia de este domingo, vemos que para los buenos, el verdadero y único triunfo se encuentra en el amor a la cruz y en la aceptación del sufrimiento. Nos enseña San Pablo en la segunda lectura: tenemos un Sumo Sacerdote eterno, «probado en todo», que intercede por nosotros y del cual, por lo tanto, debemos aproximarnos con toda fe y confianza (cf. lIb 4, 14-16).
No es fácil esta vía indicada por Nuestro Señor, pero recordemos el famoso verso de Corneille: «La vaincre sans péril, on triomphe sans gloire». [17] Cuando se vence sin pasar por peligros y riesgos, no hay gloria. «A nadie se conoce antes de ser probado, ni puede ser coronado sin vencer, ni puede vencer sin haber combatido, ni le es posible luchar si no tiene enemigos y tentaciones». [18] Ahora bien, esta victoria está reservada solamente para las almas unidas a Dios, que ponen su confianza en Él y logran así afrontar todos los riesgos.
Por nuestra naturaleza, por nuestro optimismo ante la vida y horror al sufrimiento, tenemos la ilusión de que triunfar significa nunca sufrir ni pasar por desventura alguna. No es lo que nos muestra la dura existencia terrena. Por eso, afirma el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira: «La vida de la Iglesia y la vida espiritual de cada fiel es una lucha incesante. Dios da a veces a su Esposa días de una grandeza espléndida, visible, palpable. Él da a las almas momentos de consuelo interior o exterior admirables. Pero la verdadera gloria de la Iglesia y del fiel resulta del sufrimiento y de la lucha. Lucha árida, sin belleza sensible, ni poesía definible. Lucha en que se avanza a veces en la noche del anonimato, en el lodo del desinterés o de la incomprensión, bajo las tempestades y el bombardeo desencadenado por las fuerzas conjugadas del demonio, del mundo y de la carne. Pero lucha que llena de admiración a los Ángeles del Cielo y atrae las bendiciones de Dios». [19]
[15] Cf. ROYO MARÍN, GP, Antonio. Somos hijos de Dios. Madrid: BAC, 1977, p.34-37.
[16] SÃO CIRILO DE JERUSALÉM. Catechesis ad illuminandos, 17,13. In: Catequesis. Madrid: Ciudad Nueva, 2006, p.400-401.
[17] CORNEILLE. Le Cid, Acte II, Scène IL In: OEuvres Complètes. Paris: Du Seuil, 1963, p.226.
18 SAN AGUSTÍN. Enarratio in psalmum 60,3. In: Comentario a los Salmos (51-l 00). São Paulo: Paulus, 1997, v.11, p.225.
[19] Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, en 1966.
Fuente: Mons. João Clá Dias in “Lo inédito sobre los Evangelios” Vol. II, Editríce Vaticana.
Conozco a Monseñor Joao Clá desde hace un buen tiempo. Me alegro mucho que su diario publique artículos de este sacerdote ejemplar. Los felicito. Les escribo desde Estados Unidos, pero soy originario de Tacuarembó.
Muy bueno el articulo de Monseñor Joao Cla.
Sin sufrimiento no se consigue la verdadera virtud y santidad.
Monseñor Joao es un digno representante de la Iglesia Católica. Realmente un santo.
Fundador de los Heraldos del Evangelio que hoy existe en casi noventa países.
Mas de doscientos sacerdotes Heraldos distribuidos por todo el mundo.
Por sus frutos lo conocerás.
Muy bueno. Van a seguir publicando artículos así?
Que buen comentario del evangelio, gracias por compartir artículo tan valioso.
Linda reflexión que, creo hace muy bien al espíritu y a las almas de los lectores de su medio. Ojalá sigan publicando estos temas.
Es una agradable –y llamativa– sorpresa poder encontrar una joya así, comentario litúrgico de este egregio y gran autor mariano de nuestro tiempo, Mons. João S. Clá Dias –condecorado por Benedicto XVI nada menos que con la medalla ‘Pro Ecclesia et Pontifice’– en un medio de comunicación secular como este.
No puedo menos que felicitar a los responsables de esta excelente iniciativa e instarlos a que la vuelvan una institución de la mejor categoría. Les aseguro desde ya que no les faltará material en absoluto.
¡Que la Virgen Santísima les bendiga y les dé perseverancia en vuestra decisión editorial!
O mundanismo nos exorta a fugir da cruz, mas é na cruz, aceita e carregado com a graça de Deus, que nos tornamos grandes e plenos de amor.
Que opinión tan distinta y tan distante de las opiniones del mundo de hoy; que sucede con Monseñor Juan, para tener una idea tan antagónica de lo que hoy en día se persigue con insistencia, y es la búsqueda del placer a toda costa, de la comodidad a cualquier costo.
Y viene este hombre a hablarnos de sufrimientos? Quien es pues el, para atreverse a tanto? No vimos algo similar hacen ya más de 2000 años; quien es este hombre que unido a los pensamientos de su Alter Ego el Doctor Plinio nos convoca a tamaña hazaña? Un hombre enviado por Dios a restaurar el universo; eso es Monseñor Juan, un hombre de Dios para este mundo sin Dios.
Que maravilha são as palavras de Monsenhor João, nos ensina a amar a Deus e nos conforta nas tribulações
Felicito a Diario Cambios por publicar esta perla maravillosa, fruto de Monseñor Joäo Cla Dias. Todos los comentarios al Evangelio que hace son de una gran profundidad teológica, comentado con mucha sencillez y adaptación a nuestra vida, Conozco a Monseñor Joäo desde hace muchos años y es un hombre de una gran virtud y estoy seguro que estas publicaciones hará un gran bien a todos los lectores y les ayudará a transitar las vías de la santidad. ¡Enhorabuena al periódico que lo ha publicado!
Muito bom o artigo. Parabenizo o jornal pela iniciativa. Vão continuar publicando?
Excelente articulo de Monseñor Juan Clá! Mui contento de leerlo en diariocambios.com!!! Felicitaciones!!! Aguardamos otras…
Precisamos de mais artigos como este. Monsenhor João com certeza, um grande homem inspirado por Deus. Fiquei muito feliz em ler este artigo, meus parabéns ao diário e quero ler outros, sempre muito profundos, simples e que nos ajudam tanto a trilhar o caminho da santidade.
Excelente!!!! Cuánto hace que no leo una publicación de tan elevado contenido!!! Gracias por compartir!!! Espero la del domingo próximo!!!
Excelente!!!! Cuánto hace que no leo una publicación de tan elevado contenido!!! Gracias por compartir!!! Espero la del domingo próximo!!!
Como o sofrimento nesta vida toma outro sentido quando analisado sob a luz da Santa Igreja Católica. Excelente reflexão de um sacerdote que, por amar a cruz, sempre venceu
suas batalhas com glória.
Monseñor Juan Clá Dias, un santo en nuestros tiempos. Sus palabras en este artículo denotan santidad, realidad en la búsqueda de Dios en este mundo que quiere vivir sin ver a Dios. Mi profundo agradecimiento, respeto y admiración a Monseñor Juan por su vida, Apostolado y entregada a la Santa Iglesia Católica. Desde México.
Excelente artículo religioso que nos lleva a la reflexión un tema tan olvidado de la sociedad moderna: el valor sublime del sufrimiento cuando es vivido y aceptado en unión al de Nuestro Señor Jesucristo que nos dejó su Divino ejemplo. Es grato que el Diario Cambios incluya la opinión de Mons. Joao Clá, tan valorada entre los católicos.
Monsenhor João nos ajuda a ser Santos!
Que excelente artículo, agradecemos muchísimo que nos hayan compartido esta pequeña joya!
Graças a Deus, sou Católico. E isto, devo ao Monsenhor João Clá!
A tradução está um pouco errada.
Totalmente cierto lo que indica Monseñor Joao Cla en este extraordinario artículo, espero ser fiel a Nuestro Señor Jesucristo y a Monseñor.
Magnífico!
Que más que el evangelio comentado por Monseñor Juan Clá Días, iluminado por la luz del Espíritu Santo nos comparte esta enseñanza tan bonita en este mundo que busca a toda costa la felicidad que solo se encuentra en Nuestro Señor Jesucristo y LA Santa Iglesia Católica fundada por El.
Mis felicitaciones y que sigan más publicaciones de Monseñor Juan Clá Días!