Agosto 2021 El Monitor de Opinión Pública de Opción realiza seguimiento continuo de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya. En esta edición, la información proviene de una encuesta de telefonía celular a personas mayores de 18 años residentes en todo el país. La medición fue realizada entre el 9/8/2021 y el 16/8/ 2021 sobre la base de un muestreo aleatorio a números rango de telefonía celular. La muestra es de 800 casos y el margen de error máximo para las proporciones del total de la muestra es de +/-3.5% para un nivel de confianza del 95. Los resultados se encuentran ponderados por nivel educativo, región, edad, sexo y voto en las elecciones presidenciales de 2019. El Monitor de Opinión Pública es contratado por Montecarlo Televisión, agrupaciones políticas y organizaciones del sector público y privado. Este informe se presenta como primicia en Canal 4.
Análisis: En consonancia a la sensible mejora de los indicadores sanitarios, la aprobación de la gestión sanitaria registra un crecimiento de 13 puntos en el tercer trimestre del año. El semestre comprendido entre marzo y agosto de 2021 ha tenido dos caras bien diferentes en términos del comportamiento de los indicadores sanitarios vinculados a la pandemia.
Entre marzo y junio, el país sufrió el pico de su primera gran ola de contagios, fallecimientos e internaciones por COVID-19. En tanto, desde mediados de junio comenzó una progresiva y sensible mejora de los indicadores sanitarios, alcanzándose simultáneamente un alto porcentaje de población vacunada. Actualmente, los números de la pandemia son muy similares a los existentes hasta noviembre de 2020, con muy bajo número de fallecimientos diarios e internaciones graves por COVID-19. Además, Uruguay lidera hoy el porcentaje mundial de población vacunada con 2 dosis. Estas dos fases de la pandemia factiblemente impactaron en los indicadores de aprobación de la gestión sanitaria gubernamental.
Mientras en nuestra medición de mayo habíamos comprobado una caída de 10 puntos respecto a la medición previa, en nuestra encuesta de agosto observamos un incremento de 13 puntos. Actualmente, 3 de cada 4 uruguayos califica la gestión sanitaria como «buena» o «muy buena» y algo menos de 1 de cada 10 la considera «mala» o «muy mala». Si bien hay una apreciable mejora respecto al trimestre previo, incluso en el momento más crítico de la pandemia los uruguayos continuaron apoyando mayoritariamente al gobierno en su gestión de la crisis sanitaria, prevaleciendo la visión de que el crecimiento de contagios y decesos se debió primordialmente al comportamiento de las personas más que a la insuficiencia o inadecuación de las medidas gubernamentales.
De hecho, el apoyo a la gestión sanitaria ha sido siempre el principal activo conque ha contado el actual gobierno en su vínculo con la opinión pública. Incluso en el momento más difícil para el gobierno (mayo 2021), pautado por el agravamiento de la crisis sanitaria y la fuerte politización de la temática, la brecha de aprobación versus desaprobación de la gestión sanitaria alcanzaba un saldo positivo de 47 puntos. Esto significa también que existe un claro desacople entre la evolución de los guarismos de aprobación sanitaria y aquellos vinculados a la gestión general. En mayo habíamos constatado que pese a un descenso de la aprobación sanitaria, no había existido un impacto en los índices de aprobación de la gestión en general. En agosto sucede lo inverso: la aprobación de gestión tiene una caída significativa (9 puntos) pero simultáneamente la mirada sobre la gestión sanitaria mejora sensiblemente.
El desfase entre aprobación sanitaria y evaluación gubernamental se puede también constatar observando como varía la aprobación de la gestión general según diferentes niveles de aprobación sanitaria. Entre la mayoría que aprueba la gestión sanitaria, un 58% también aprueba la gestión general pero un 31% tiene una aprobación neutra y un 12% la desaprueba. En tanto, entre quienes califican en forma neutra la gestión sanitaria, la mayoría desaprueba la gestión en general (60%) y solo un 10% la aprueba. Por último, entre la minoría que desaprueba la gestión sanitaria, el 84% también desaprueba la gestión general. Por lo visto, para un segmento relevante de los uruguayos, aprobar la gestión sanitaria no necesariamente implica aprobar la gestión en general del gobierno.
Sin embargo, entre quienes no aprueban la gestión sanitaria, la amplia mayoría tampoco aprueba al gobierno en su conjunto. El desacople entre aprobación sanitaria y aprobación de gestión general es especialmente marcado al interior del electorado frenteamplista. Observando la evaluación de la gestión sanitaria en dichos votantes a lo largo de 2021, hay un sensible incremento de la aprobación sanitaria en agosto, pasando del 34% al 51%. A la inversa, la desaprobación de la gestión sanitaria entre el electorado frenteamplista cayó del 34% al 17%. Por tanto, con la mejora de los indicadores sanitarios (y la sensible disminución del debate político por la gestión de la pandemia), se percibe un regreso del electorado frenteamplista a guarismos y brechas de aprobación sanitaria similares a los del primer trimestre del año. Sin embargo, este trimestre es también aquel donde más creció la desaprobación general del gobierno entre los frenteamplistas, lo que atestigua que en dicho electorado la mirada positiva sobre la gestión sanitaria no opera como condición suficiente para apoyar al gobierno de modo general.
Esto es así porque el electorado frenteamplista está dando mayor peso a las temáticas de índole socioeconómica a la hora de calificar la labor gubernamental en forma agregada y porque la aprobación económica está mucho más polarizada que la aprobación sanitaria según preferencias políticopartidarias. En el electorado multicolor, en tanto, la fuerte mejora de la situación sanitaria también parece haber afectado positivamente los registros de aprobación de gestión sanitaria, aunque el cambio es menos abrupto que entre los frenteamplistas. Dentro de lo votantes multicolores, la aprobación de la gestión sanitaria creció 8 puntos en agosto (de 86% a 94%), fundamentalmente a costa de una reducción de la aprobación neutra y partiendo desde niveles muy elevados.
Para el electorado multicolor, este es también un trimestre donde ocurre una caída de la aprobación en general (7 puntos), más allá que siga siendo contundente la mayoría multicolor que apoya la labor del gobierno (78%). Por tanto, aunque sea menos marcado, el desacople entre aprobación sanitaria y aprobación general también se visualiza en el electorado oficialista. Esta constatación afianza la hipótesis de que los uruguayos transitan crecientemente hacia un clima de opinión pública «pos-pandémico» en donde, en el marco de la creciente normalización sanitaria, dimensiones como la economía, el empleo y los salarios ganan cada vez más importancia a la hora de evaluar al gobierno en su conjunto. En suma, en materia de aprobación de gestión sanitaria, el gobierno recupera en el tercer trimestre del año lo que había perdido en el segundo, principalmente de la mano de un cambio al interior del electorado frenteamplista, cuya aprobación de esta dimensión crece 17 puntos.
Con esta recuperación, la gestión de la pandemia se vuelve a afianzar como una política de amplio consenso entre los uruguayos y como un activo clave del oficialismo, en un trimestre impactado por los resultados auspiciosos de la vacunación sobre los contagios, internaciones y fallecimientos. Del mismo modo, esta sensible mejora de la aprobación sanitaria no impidió un descenso de la aprobación general de gestión, más allá de que sigan prevaleciendo con claridad quienes aprueban respecto a quienes desaprueban la labor del gobierno. Este marcado desacople entre gestión sanitaria y gestión general atestigua que otras dimensiones de política pública (principalmente las socioeconómicas) están cobrando creciente peso al momento de realizar un balance general sobre el gobierno, un proceso que factiblemente se profundice de continuar por el rumbo actual de normalización sanitaria.