La mañana del sábado fue testigo de profundos debates y reflexiones en la Asamblea Diocesana, celebrada en el Colegio San Luis de Durazno. Con la participación activa de líderes religiosos y laicos, se abordaron temas cruciales sobre las vocaciones y los vínculos en la comunidad eclesiástica.
La jornada comenzó con una oración dirigida por el Párroco de San Pedro, P. Ricardo Yangua, quien, junto a un grupo diverso de representantes religiosos, instó a los asambleístas a reflexionar sobre la importancia de los lazos humanos, naturales y sobrenaturales en los procesos vocacionales.El P. Luis Arrué, encargado de vocaciones de la Diócesis, presentó al P. Valentín Goldie, quien ofreció una exposición sobre el marco eclesiológico de las vocaciones al sacerdocio. Goldie destacó la relevancia de las relaciones trinitarias y su reflejo en la vida eclesial, subrayando que la Iglesia es un entramado de relaciones a imagen de las relaciones trinitarias, tanto humanas como sobrenaturales.
El expositor enfatizó el papel central de los vínculos en la vida religiosa, señalando que la presencia de otros en la conversación y en el corazón es fundamental para el desarrollo vocacional. Además, destacó la importancia de llenar el corazón con la vida de los fieles, especialmente para los sacerdotes, cuyo celibato les exige estar vinculados a toda la comunidad. En el marco de estas reflexiones, se plantearon diversas claves para comprender y fortalecer las vocaciones en la Iglesia. Se abordó la escasez de vocaciones como un síntoma de la crisis en los vínculos humanos, y se propuso fortalecer el entramado relacional entre los fieles como una tarea fundamental de la comunidad eclesiástica. La asamblea concluyó con la invitación a los participantes a reflexionar en grupos sobre las relaciones y las vocaciones en sus comunidades, buscando identificar los vínculos significativos que influyen en el discernimiento vocacional de cada individuo.