Un llamado a la esperanza y a la caridad transforma la vida de la comunidad local.
En un acto de fe y determinación, Mons. Raúl Scarrone tuvo lo que él mismo describe como “la santa locura” de invitar a las Hermanas Misioneras de la Caridad a la Diócesis de Florida. Este proyecto, que comenzó hace aproximadamente 18 años, se originó tras el cierre del programa Renacer, dedicado a la recuperación de usuarios de drogas. La necesidad de atención para un joven con VIH llevó a un miembro del proyecto a encontrar la ayuda que ofrecían las hermanas en Argentina, lo que inspiró la idea de traerlas a Florida.
Mons. Scarrone, decidido y movido por una fuerza mayor, escribió una carta a la superiora general de las hermanas solicitando una fundación en la Diócesis. A pesar de que el proceso de fundación suele tardar años, la respuesta llegó más rápido de lo esperado: dos años después, las hermanas llegaron a Florida.
Desde sus humildes inicios en una pequeña casa en el barrio Mañana, las Hermanas de Calcuta han trabajado incansablemente para construir un sanatorio que atiende a enfermos terminales de VIH, además de realizar una impactante labor social en la comunidad. La capilla dedicada a la beata Madre Teresa de Calcuta se erige como un símbolo de esperanza y fe, mientras que su labor se extiende al barrio más necesitado de Sitio Pintado, donde ofrecen catequesis y un merendero para los niños.
Esta historia de gracia y bendición demuestra cómo un simple llamado desde Florida a la India puede resultar en una transformación efectiva y duradera, llevando luz y amor a quienes más lo necesitan.
Diócesis Florida