51% DE LOS URUGUAYOS APRUEBA LA GESTIÓN DEL GOBIERNO NACIONAL

El Monitor de Opinión Pública de Opción Consultores presenta información de seguimiento de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya. La encuesta, contratada por múltiples clientes, tiene las siguientes características: Tipo de encuesta: Telefónica mediante sistema CATI y ejecución a cargo del Call Center de Opción Consultores. Fecha de realización: 29 de octubre al 8 de noviembre. Universo de interés: Población mayor de 18 años residente en Uruguay. Muestra: 800 casos. Marco muestral: Números rango de todas las compañías de telefonía móvil del país (incluye todos los números con prefijos desde el 091 al 099). Según la ECH 2019, 90% de la población uruguaya mayor de 18 años cuenta con teléfono celular. Muestreo: Aleatorio simple. Ponderación: Como en toda encuesta, los datos de la muestra son ponderados para el cálculo de los distintos indicadores del estudio. En el caso del Monitor de Opinión Pública, los ponderadores son calculados mediante la técnica de calibración conocida como post-estratificación incompleta (rake). Las variables utilizadas para la calibración son: nivel educativo, tramos de edad, género, región de residencia y voto anterior. Dichas variables son utilizadas para reducir posibles sesgos de cobertura y no respuesta (existentes en toda encuesta) al estimar las proporciones de las variables de interés.

Margen de error: En el caso de las proporciones de las variables de interés de este informe, el margen de error máximo es de +/-4.1% para un nivel de confianza del 95% y se calcula teniendo en cuenta el diseño muestral y la metodología de ponderación implementada. 51% de los uruguayos aprueba la gestión del gobierno nacional. El saldo de aprobación marca una brecha positiva de 29 puntos. Se registra un crecimiento de 5 puntos de la aprobación frente al trimestre anterior. 2021 se perfila para cerrar con un relacionamiento predominantemente favorable entre el gobierno y la opinión pública uruguaya. De acuerdo a nuestra medición de noviembre, el porcentaje de uruguayos que califica a la gestión como muy buena o buena alcanza el 51% mientras que quienes la desaprueban (evaluación «mala» o «muy mala») suman un 22% y otro 27% sostiene que la gestión es «ni buena ni mala» alcanzan un 27%. De esta forma, la brecha de aprobación (que surge de restar la desaprobación a la aprobación) alcanza los 29 puntos, lo que constituye un importante activo del gobierno transcurridos ya veinte meses de gestión. En una mirada histórica, los niveles de aprobación del gobierno encabezado por el Presidente Lacalle Pou siguen pareciéndose a los de la primera gestión de Tabaré Vázquez (2005-2010) y a los del gobierno presidido por José Mujica (2010-2015). En tanto, el actual gobierno está notoriamente mejor posicionado que lo que estaba la segunda administración Vázquez (2015-2020) a esta misma altura de la gestión.

Según nuestro Monitor de Opinión de Pública, a finales de 2016 el segundo gobierno del Dr. Vázquez contaba con un 28% de aprobación, un 36% de desaprobación y un 34% de evaluaciones neutras. Comparando la tendencia actual con el trimestre inmediatamente previo, hay un crecimiento de la aprobación de 5 puntos y una caída de la desaprobación de 4 puntos. Debido a las fluctuaciones comprendidas en los intervalos de confianza, es necesario mantener cautela respecto a la interpretación de movimientos de opinión pública de pocos puntos. Sin embargo, el cambio en dirección favorable al oficialismo se alinea con dos procesos simultáneos que caracterizan el cierre del año y que podrían haber influido positivamente en el humor ciudadano respecto al gobierno: mayores señales de reactivación económica y nuevos avances en la normalización de actividades debido al control de la situación sanitaria. Además, hay algunas acciones puntuales del gobierno (como no ajustar las tarifas de combustibles a pesar del incremento del precio del petróleo y la nueva normativa establecida en la LUC) que podrían estar amortiguando algunas fuentes de descontento ciudadano emergentes en el trimestre previo. Más allá de estas y otras posibles interpretaciones, la tendencia establece que hoy el oficialismo regresa a un panorama muy similar al existente al cumplir su primer año de gestión (marzo 2021). Se trata de un registro de aprobación menor a los del período de «luna de miel» atravesado en 2020 pero elevado en términos comparativos, tanto respecto a gestiones presidenciales previas en el país como en relación a otros gobiernos de referencia.

Sobre este último punto, los politólogos Daniela Barbieri, Javier Cachés y Augusto Reina vienen monitoreando la aprobación de presidentes y gobiernos regionales e internacionales y publicando sus análisis en el portal Diálogo Político (dialogopolitico.org). Tomando como base estas estimaciones (salvo para Brasil, donde se utiliza el promedio de aprobación de las principales de consultoras del país), los registros de aprobación del caso uruguayo quedan únicamente por detrás del gobierno de Manuel López Obrador en México y muy por delante de cualquiera de los países del Cono Sur, que atraviesan diferentes etapas del ciclo (finalización del mandato en Chile, medio término en Argentina y año preelectoral en Brasil). El saldo positivo de evaluación se sostiene en la amplia mayoría (81%) del electorado multicolor que aprueba la gestión. Entre los frenteamplistas, 1 de cada 5 aprueba la gestión y casi 1 de cada 2 la desaprueba.

El actual apoyo al gobierno es similar (3 puntos inferior) al porcentaje de votantes a partidos de la coalición oficialista en octubre de 2019 (primera vuelta). De hecho, hay una fuerte correlación entre voto anterior y apoyo al gobierno. 81% de quienes sufragaron por partidos de la Coalición Multicolor evalúan favorablemente la gestión, porcentaje que se reduce al 19% en el caso de los votantes al Frente Amplio. A la inversa, 3% de los electores multicolores desaprueba la gestión contra 47% de los frenteamplistas. En el segmento minoritario que votó por otros partidos, en blanco/ anulado o no proporcionó información sobre su voto, el panorama se acerca bastante más a la media general de aprobación y desaprobación: 45% aprueba la gestión, 17% la desaprueba y 38% la cataloga como “ni buena ni mala”. Este es un segmento relevante de monitoreo pensando en el referéndum sobre la Ley de Urgente Consideración, en el cual el humor con el gobierno podría llegar a jugar un papel especialmente importante en su decisión final.

 La aprobación de gobierno se asocia fuertemente a la intención de voto para el referéndum sobre la LUC, con un mayor peso de los indecisos entre quienes consideran la gestión “buena” o “ni buena ni mala”. La mirada genérica de la ciudadanía sobre el gobierno se perfila para cumplir un papel decisivo en el resultado del referéndum sobre la LUC, fundamentalmente en el electorado con bajos niveles d e identificación partidaria. Nuestro análisis de intención de voto según aprobación de gestión confirma esta presunción, mostrando un claro “efecto escalera”: a medida que se incrementa la desaprobación de gobierno, crece la intención de voto en favor de la derogación de la ley. Sólo porcentajes minoritarios de quienes aprueban la gestión votarían en contra de la LUC, 7% entre quienes la califican como “muy buena” y 19% como buena. Un salto importante en la propensión a votar por la derogación se registra al pasar al segmento que sostiene una evaluación neutra, pues allí alcanza un 45%. En tanto, 8 de cada 10 ciudadanos con una mirada negativa sobre el gobierno votarían por la derogación. Otra constatación relevante es que el sesgo de los indecisos hacia quienes califican la gestión del gobierno como “buena” o como “ni buena ni mala”. Este dato confirma desde otro ángulo las conclusiones planteadas en nuestro informe previo sobre la correlación de fuerzas de cara al referéndum: hay una ventaja de partida para el oficialismo rumbo a los meses finales de campaña.

Si bien es similar la intención de voto en favor y en contra de la ley, el perfil de los indecisos tiene predominancia de electores más cercanos al oficialismo que a la oposición. En suma, con un hito electoral clave en el horizonte de mediano plazo, el gobierno se encamina a cerrar 2021 con un importante capital político, por debajo de aquel existente en 2020 pero recuperándose respecto al trimestre previo. Este activo del oficialismo se sostiene mayormente debido al apoyo del electorado multicolor. A su vez, las tendencias de aprobación se enmarcan en un clima “pospandémico”, donde el alineamiento entre las expectativas, la gestión y los resultados económicos se perfilan para consolidarse como el principal determinante del humor político ciudadano.

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