El nuevo decreto del Poder Ejecutivo fija una leve rebaja en las naftas, mientras que el gasoil aumenta más de dos pesos y la garrafa de 13 kilos se encarece en 100 pesos
El Poder Ejecutivo dio a conocer este jueves los nuevos precios de los combustibles que regirán durante los meses de setiembre y octubre, en el marco del ajuste bimensual dispuesto por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM). La medida introduce variaciones dispares: mientras las naftas experimentan una baja de 52 centésimos por litro, tanto el gasoil como el supergás registran incrementos significativos que impactarán directamente en el transporte, la producción y el bolsillo de los hogares.
De acuerdo al decreto, la nafta Súper 95 pasa de 78,72 a 78,20 pesos, y la nafta Premium baja de 81,13 a 80,61 pesos. En contrapartida, el gasoil 50 S se eleva de 48,08 a 50,14 pesos, y el gasoil 10 S sube de 55,08 a 57,14 pesos. Por su parte, el supergás pasa de 80,77 a 88,46 pesos por kilo, lo que lleva a que la garrafa de 13 kilos aumente de 1.050 a 1.150 pesos, es decir, 100 pesos más.
Impacto en los sectores productivos y en los hogares
La suba del gasoil tiene repercusión inmediata en el transporte de cargas y en la actividad agropecuaria, dos de los sectores que más dependen de este combustible. Productores rurales y transportistas ya han advertido en ocasiones anteriores que cualquier incremento en el gasoil se traslada rápidamente a los costos de la cadena productiva y logística, lo que eventualmente repercute en los precios al consumidor.
En tanto, el aumento del supergás es un golpe sensible para las familias, sobre todo en los meses de mayor consumo de calefacción. La garrafa de 13 kilos, que es la más utilizada en los hogares, alcanza ahora los 1.150 pesos, consolidándose como uno de los servicios esenciales de mayor peso en el presupuesto mensual de los hogares de ingresos bajos y medios.
Ajustes bimensuales
El gobierno aplica desde este año la modalidad de ajustes cada dos meses en lugar de mensual, en línea con la normativa aprobada. El último cambio se había registrado en julio, y según la regla vigente, setiembre corresponde al siguiente período de actualización.
El MIEM ha señalado en distintas oportunidades que el criterio para definir los precios se basa en la evolución del mercado internacional del petróleo y en el Precio de Paridad de Importación (PPI), que busca reflejar cuánto costaría traer los combustibles desde el exterior. Sin embargo, la disparidad entre la baja en las naftas y la suba del gasoil y el supergás vuelve a poner en debate el impacto diferenciado que tienen estas medidas sobre distintos sectores de la sociedad.
Perspectivas
Con este ajuste, los usuarios de vehículos a nafta tendrán un leve alivio en el surtidor, aunque el beneficio es menor frente al incremento del gasoil, que se usa de forma intensiva en la producción y el transporte, y del supergás, que es un insumo básico en los hogares.
El tema promete seguir en la agenda pública, ya que organizaciones sociales y gremiales han reclamado en varias ocasiones que se contemple una política diferencial para los combustibles de uso doméstico y productivo, con el fin de amortiguar el impacto en los sectores más vulnerables y en la competitividad del país.
