El candidato frenteamplista compartió propuestas junto a referentes barriales, en una actividad realizada en la casa de la familia Heredero.
El candidato a la Intendencia de Florida por el Frente Amplio, Álvaro Vega, participó de una reunión vecinal realizada en la vivienda de la familia Heredero, en la esquina de calle Brun y Pocho Fernández. El encuentro reunió a vecinos, militantes y referentes del sector, en una conversación abierta donde se abordaron tanto ideas para el departamento como experiencias de vida.
Acompañaron a Vega varios integrantes de la lista que lidera: Lorena Piro, docente con fuerte presencia en la zona sur de la ciudad y en localidades como 25 de Mayo y Cardal; Natalie Goyen, trabajadora del reconocido comercio El Rey Marcos; Federico Caamaño, joven abogado de 29 años; y Pierre Serandiga. Junto a ellos también estuvo Charles, conocido militante de la zona, con quien Vega bromeó: “Juntos destrozamos el pelo”, en alusión al paso de los años y a la cercanía de sus vínculos.
Uno de los ejes centrales de la charla fue la importancia de representar adecuadamente todo el territorio departamental. “Florida no es solo la ciudad. Mendoza es una cosa, Sarandí otra, Casupá otra más. Cada zona tiene realidades y necesidades distintas”, expresó Vega, señalando que su agrupación busca reflejar esa diversidad. “Estamos armando un equipo que no piensa solo en los próximos cinco años, sino en el futuro. Yo probablemente no sea candidato la próxima vez, pero quiero dejar un equipo joven trabajando a largo plazo”, añadió.
En esa línea, Vega hizo especial hincapié en la necesidad de un desarrollo armónico y sostenible. “Cuando hablamos de obras grandes, como la represa que se proyecta en Casupá, no podemos pensar solo en los 700 puestos de trabajo que se van a generar. Hay que prever servicios de salud adecuados, asistencia médica permanente y capacidad de atención ante accidentes”, dijo. También adelantó la intención de impulsar una terminal de ómnibus en esa zona, que permita acompañar la actividad que traerá la obra.
El concepto de descentralización fue otro punto fuerte del encuentro. Para Vega, no se trata solo de trasladar oficinas, sino de cambiar estructuras de poder: “Descentralizar es que en cada pueblo o barrio haya una junta local o municipio que pueda gestionar los problemas reales de la gente. Un vecino me contaba en Cardal que tiene que subir una altura de 19 centímetros para tomar el ómnibus, algo que para muchos puede parecer mínimo, pero para él es un gran obstáculo. Yo no puedo saber eso si no me pasa. Él sí lo vive, y también tiene la solución. Eso es descentralizar: darle poder al que vive el problema”.
Vega reconoció que una de las barreras para lograr cambios reales es el miedo. “En los pueblos chicos el poder se siente más fuerte. Ir a un acto puede significar quedarse sin trabajo o sin apoyo. Hay miedo, y es real. Por eso queremos romper con ese centralismo y dar lugar a una participación democrática, sin presiones”.
La reunión cerró con un clima de cercanía, donde cada vecino tuvo la posibilidad de hacer preguntas y plantear inquietudes, en lo que el propio Vega definió como “una construcción colectiva, que solo es posible si cada quien tiene voz”.
