Mons. Martín confirmó ayer a 10 jóvenes de Sarandí Grande que se prepararon durante el año de la mano de Claudia, su catequista.
Con inmensa alegría recibieron el don del Espíritu Santo y compartieron este regalo y compromiso con sus familias y la comunidad parroquial. Su deseo es formar un grupo de jóvenes en 2024 para continuar el camino cristiano y servir a los hermanos más necesitados.
«¿Qué le decimos a los demás al recibir este Sacramento? Es un momento importante en la maduración de la fe que nos lleva a salir de nosotros mismos, de nuestros intereses mezquinos, para preguntarnos qué tengo para dar a los demás», reflexionó el Obispo. «El gran mensaje del confirmado es que hay otra forma de estar en el mundo, de vivir. Es una misión personal y si no la asumís nadie más podrá hacerla. Por eso es necesario estar a la escucha de Dios, para amar a la manera de Jesús».