A los católicos que se preguntan si es malo o no participar en fiestas, disfrazarse o pedir dulces en Halloween, tres sacerdotes ofrecen respuestas que pueden ayudarlos a despejar dudas y decidir lo correcto con libertad y conocimiento. El 31 de octubre muchos celebrarán Halloween, una fiesta europea de raíces paganas donde los celtas celebraban el inicio de las cosechas, y creían que el dios de la muerte permitía que los difuntos vuelvan a la tierra para causar terror. Algunos se disfrazaban de fantasmas y monstruos porque creían que así estarían protegidos de la maldad de espíritus malignos. Tras la evangelización de los celtas, la fiesta adquirió un sentido cristiano y pasó a llamarse “All hallow’s eve” o “Víspera de todos los Santos”. Sin embargo, con la llegada de los irlandeses a Estados Unidos, pasó a llamarse “Halloween” e incluyó la creencia en las brujas, fantasmas, etc. Según testimonios, grupos satánicos rinden culto al diablo esa noche y realizan sacrificios humanos. El exorcista P. Vincent Lampert, párroco de la Arquidiócesis de Indianápolis, en Estados Unidos, dijo en 2021 a CNA- agencia en inglés del Grupo ACI- que “el peligro de Halloween” no está en los disfraces o dulces, sino en que se “glorifique el mal” y se excluya a Dios. “No creo que haya nada malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo. El exorcista advirtió que el problema es cuando se olvida a Dios, al punto que “la connotación religiosa se pierde y la gente termina glorificando el mal” con disfraces que buscan infundir terror o miedo, o practicando magia o brujería. Además, aclaró que en Halloween el diablo no tiene poder por sí mismo, sino que “actúa por lo que la gente hace”. “Tal vez por la forma en que se celebra ese día, se invita a que el mal entre a nuestras vidas”, explicó. En ese sentido, animó a los padres que aprovechen ese día para explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no conducen a nuestra fe e identidad católica”. ACI Prensa