En una festividad llena de devoción y gratitud, la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones conmemoró el 140 Aniversario de su Fundación. El evento, que coincidió con la Fiesta Litúrgica en honor a la Beata Madre Carmen del Niño Jesús González Ramos, religiosa fundadora, fue celebrado con gran solemnidad y alegría. La comunidad religiosa se reunió para rendir homenaje a la vida y legado de la Beata Madre Carmen, recordando su importante contribución a la congregación y su ejemplo de amor y servicio a los demás.
La jornada estuvo marcada por una serie de actividades que incluyeron oraciones, reflexiones sobre la vida y enseñanzas de la Beata Madre Carmen, así como momentos de convivencia fraterna entre las hermanas y miembros de la comunidad. El P. Gilmar, corresponsal del evento, destacó la importancia de esta celebración para la congregación, resaltando la influencia positiva que la Beata Madre Carmen ha tenido en la vida de quienes la conocieron y en la labor de la congregación a lo largo de los años.
La celebración no solo sirvió para recordar la historia y los valores que fundamentan la congregación, sino también para renovar el compromiso de las hermanas franciscanas con su misión de amor, servicio y solidaridad. El legado de la Beata Madre Carmen continúa siendo una fuente de inspiración y guía para las hermanas, quienes buscan seguir sus pasos y mantener viva su memoria a través de su labor diaria.
En un gesto de agradecimiento y reconocimiento, la comunidad religiosa renovó su compromiso de continuar difundiendo el mensaje de amor y compasión que la Beata Madre Carmen predicó a lo largo de su vida, llevando esperanza y consuelo a quienes más lo necesitan. La celebración culminó con una emotiva liturgia en la que se reafirmó el legado espiritual de la fundadora y se expresaron votos de gratitud por su ejemplo de entrega y dedicación.
El 140 Aniversario de la Fundación de la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones en honor a la Beata Madre Carmen fue, sin duda, un momento de profunda reflexión, celebración y renovación para toda la comunidad religiosa, que reafirmó su compromiso de seguir el camino trazado por su fundadora con amor, humildad y devoción.