Comienza el ciclo lectivo en la Escuela Rural No. 27 de La Macana con desafíos

Con 26 niños anotados, la comunidad escolar inicia un nuevo año lleno de esperanza e integración.

Este lunes dio inicio el ciclo lectivo en la Escuela Rural No. 27, ubicada en el Paraje La Macana, con una matrícula de 26 niños, aunque las inscripciones podrían aumentar en los próximos días. Jacqueline Paulette, la directora del establecimiento, expresó sus expectativas para este nuevo año: “Soy nueva en la institución, por lo que todo es un desafío. Mis compañeras y yo esperamos poder integrarnos bien con los niños y sus familias”, señaló.

El regreso a clases en un pequeño paraje rural como La Macana tiene un sabor especial para todos los miembros de la comunidad escolar. La directora de la escuela resaltó la importancia de los primeros días de integración. “Estos días son clave para conocernos, tanto con los niños como con las familias. Ya hemos comenzado con las actividades preparatorias y tenemos muchas expectativas para lo que será este año”, explicó la directora, quien se encuentra al frente de esta institución por primera vez. “Es un reto muy lindo, y todo es nuevo para mí, tanto el lugar como las costumbres. Es una oportunidad de aprender de esta comunidad tan cercana”, agregó.

Además de los pequeños desafíos de comenzar en una nueva institución, Jacqueline se mostró optimista acerca de la colaboración entre los docentes y las familias. “Somos dos maestras, la maestra y yo, junto con la auxiliar de servicios, y todos tenemos grandes expectativas. Los primeros días son esenciales para conocernos, tanto entre nosotros como con los niños. La relación entre la escuela y la familia es fundamental para que todo funcione”, destacó Paulette.

Por otro lado, Anabetti, una madre cubana que se acaba de trasladar con su familia desde Cuba, también compartió su experiencia de adaptación. “Somos nuevos aquí, llegamos hace un mes y es la primera vez que mi hijo, Raineri, asiste a esta escuela. Las expectativas son buenas, aunque al principio teníamos algunas dudas. Nos gusta mucho estar en Uruguay y esperamos que él se integre bien con sus compañeros”, comentó Anabetti, quien se mostró esperanzada en que su hijo logre adaptarse rápidamente a su nuevo entorno.

“Es todo un cambio para nosotros, especialmente en un lugar tan diferente. Raineri no habla mucho todavía, pero esperamos que el entorno lo ayude a mejorar su integración. La amabilidad de la gente aquí nos ha dado mucha confianza”, agregó la madre, quien destacó lo acogedora que ha sido la comunidad de La Macana con su familia.

Aarón, hermano de un alumno que se mudó recientemente a la zona, expresó el entusiasmo que tiene su hermano por comenzar las clases. “Estaba con muchas ganas de volver a la escuela, ya que no tenía mucho para hacer en casa. Es la primera vez que viene a esta escuela, y está muy emocionado por conocer a los demás niños y empezar a aprender”, comentó Aarón, quien destacó lo ansioso que estaba su hermano por conocer a sus compañeros de clase.

“Estamos recién mudados y lo único que le faltaba a mi hermano era poder ir a la escuela para empezar a compartir e integrarse con los demás. Es muy importante para él. Vivimos a unos pocos kilómetros, y aunque nos mudamos hace poco, nos sentimos muy bien aquí. Él está deseando conocer a los demás niños”, agregó Aarón, con una sonrisa de esperanza por el futuro de su hermano en la escuela.

Con este panorama, la Escuela Rural No. 27 comienza su año lectivo con un espíritu renovado, esperando que tanto los nuevos alumnos como los más antiguos encuentren en su comunidad un espacio de aprendizaje y crecimiento. La diversidad de historias, como la de Anabetti y su familia, o la de Aarón y su hermano, refuerzan la importancia de la escuela como un punto de encuentro donde no solo se aprenden contenidos, sino también valores humanos y sociales que enriquecen la vida en comunidad.

La directora, por su parte, mostró un compromiso profundo con la tarea educativa. “Estamos aquí para acompañar a los chicos, a las familias y ser un apoyo en este proceso. No solo se trata de enseñar materias, sino de formar personas. Eso es lo más importante”, concluyó Jacqueline Paulette.

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