DGI Anuncia obligatoriedad de facturación electrónica para contribuyentes de IVA mínimo y servicios personales a partir de 2024

La Dirección General Impositiva (DGI) ha implementado cambios significativos que afectarán a contribuyentes de IVA mínimo y servicios personales, quienes deberán adoptar la facturación electrónica de manera obligatoria a partir del año 2024.

Hasta ahora, la DGI había permitido cierta flexibilidad en la transición a la facturación electrónica para muchas empresas, pero esta medida afectará directamente a dos categorías de negocios más pequeños: las conocidas como IP IVA mínimo y los servicios personales.
La obligatoriedad implica que estas empresas deben abandonar el método tradicional de facturación con libretas y migrar hacia la facturación electrónica. Ante esta situación, el Centro Comercial de Florida, que brinda asesoramiento a empresas socias, ha buscado soluciones accesibles para minimizar el impacto económico que esta transición pueda tener.
Dos empresas floridenses, Federico Silva y Marcelo Guillén, se han asociado con el Centro Comercial para ofrecer una solución asequible a las empresas que necesiten implementar la facturación electrónica. El objetivo es facilitar este cambio tecnológico, teniendo en cuenta que implica un costo adicional para las empresas.
Marcelo Guillén expresó su agradecimiento al Centro Comercial por su participación en esta iniciativa y destacó que, en términos prácticos, la facturación electrónica para pequeñas empresas y profesionales podría tener un costo cercano a cero. Además, señaló que el beneficio fiscal actual devuelve 448 pesos mensuales en forma de certificado, lo que ayuda a compensar los costos asociados.
Guillén también enfatizó la importancia de contar con un servicio postventa local, donde los clientes pueden comunicarse directamente con representantes de empresas locales para resolver problemas o hacer consultas, brindando así un valor agregado al proceso de facturación electrónica.
Finalmente, se informó que las empresas deben realizar un proceso de postulación para unirse a la facturación electrónica, con plazos específicos que varían según la categoría, comenzando en febrero para los profesionales y en mayo para las pequeñas empresas.

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