El obispo Heriberto Bodeant reconoce el error en la inversión y analiza medidas para sostener los gastos diocesanos.
La Diócesis de Canelones enfrenta un duro revés financiero tras la quiebra de Conexión Ganadera, empresa con la que tenía suscriptos cinco contratos de inversión. El impacto económico se estima en unos 542.000 dólares, cifra que compromete parte del sostenimiento de la Iglesia en la región, particularmente el hogar sacerdotal, donde residen los sacerdotes retirados.
“El gasto mayor es el hogar sacerdotal y es una cantidad importante. Este año estamos cubiertos, pero el problema se va a presentar bastante pronto”, explicó el obispo Heriberto Bodeant. Actualmente, ese hogar requiere un presupuesto mensual de aproximadamente 15.000 dólares, y hasta diciembre pasado, la diócesis pudo afrontar los costos con los intereses generados por la inversión en Conexión Ganadera. Sin embargo, con el colapso de la firma, la situación financiera cambió drásticamente.
Para mitigar la crisis, la diócesis evalúa varias opciones, incluyendo la reducción de gastos o la venta de algún inmueble. Además, el obispo convocará al consejo de asuntos económicos para analizar alternativas con la colaboración de los fieles laicos. “La Iglesia no es una empresa, existe para anunciar el Evangelio y vivir la caridad cristiana”, expresó Bodeant, enfatizando que se buscarán soluciones responsables y sostenibles.
El jerarca eclesiástico admitió que la concentración de fondos en Conexión Ganadera fue un error, atribuyéndolo a la falta de asesoramiento financiero adecuado. “El principio más obvio es que hay que poner los huevos en diferentes canastas. Para no volver a malas decisiones de este tipo hace falta más asesoramiento”, reconoció. Según Bodeant, la diócesis ya había experimentado pérdidas en otras inversiones tras el estallido de la guerra en Ucrania, lo que la llevó a retirar fondos y apostar por esta firma, sin prever los riesgos.
A pesar del impacto económico, la diócesis enfrentará la situación como un acreedor más en el proceso judicial que se avecina. “No estamos en posición diferente a la de tantos otros. No tuvimos ningún trato especial. Ahora vamos a tratar de recuperar algo”, sostuvo el obispo. La Iglesia canaria, como entidad autónoma, deberá asumir la responsabilidad de sus finanzas sin el respaldo de la Arquidiócesis de Montevideo, la cual no realizó inversiones en Conexión Ganadera.
La comunidad eclesiástica de Canelones enfrenta un desafío complejo, pero con la mirada puesta en soluciones que permitan continuar su misión sin comprometer su estabilidad. La esperanza ahora radica en la solidaridad de los fieles y en una administración más cautelosa para el futuro.
Fuente: El País