EDGARDO CHICO RAMÓN: «Fue algo inolvidable, una fiesta del fútbol de Florida»

Parece que fue ayer, pero pasaron 19 años, con motivo de cumplirse este 4 de Agosto de este año 2021, un nuevo aniversario de la obtención por parte de Atletico Florida, del Título de Campeón del Interior en Durazno en el año 2002, SOLO DEPORTES dialogo con el DT Campeón Edgardo «Chico» Ramón, hoy en día radicado en la Ciudad de Maldonado, destacamos los principales testimonios: » Fue algo inolvidable una fiesta del futbol de Florida, donde prácticamente sentimos el apoyo de todos los clubes de nuestra liga, no fue fácil, costo mucho, ahora nos damos cuenta que cada año que pasa la hazaña se agiganta cada vez más. Fue una gran satisfacción lograr el objetivo de salir Campeón del Interior con Atlético, para mí ha sido lo máximo a nivel deportivo, considero que para los que estamos en el futbol chacarero, conseguir eso es lo máximo. Es verdad que Atlético siempre tenía una deuda como equipo grande, como equipo de gran trayectoria a nivel de Florida y a nivel incluso en lo interdepartamental, Atlético tuvo siempre ese objetivo y no lograba el Campeonato, pese a haber estado cerca en varias oportunidades. Había dirigido Atletico en 1994 donde logramos salir segundos detrás de River y no fuimos a la Copa, porque en ese momento iba solo el Campeón, decidí quedarme un años más y en 1995 sí logramos el Campeonato, ganamos la final a River en la cancha de España, con un gentío, me acuerdo, había más de 2000 personas con tribunas repletas y ganamos. Pablo Fernández recuerdo que erró un penal y tuvimos la gran satisfacción de salir Campeones y me quedé ese año. Fue cuando se jugó el campeonato del Interior enseguida de terminada la temporada, antes de fin de año; – cosa que no se hacía nunca – porque los dos primeros del Interior tenían derecho a participar de la Liguilla Pre-Libertadores con los cuadros profesionales de Montevideo. Nosotros hicimos una gran campaña con un plantel que yo me animo a decir, que no era un gran equipo, pero si era un equipo muy aguerrido, “metedor” como le decimos, con las características del viejo Atlético, de ser un cuadro que dejaba la vida, de ser un cuadro que tenía la gran confianza de que era consciente de sus limitaciones y también de sus virtudes. En base a eso, al gran sacrificio, a las ganas que se pusieron, logramos conseguir llegar a una semifinal con Porongos de Flores, la cual sinceramente creo que podíamos haber pasado, pero la tanda de penales no dijo que no, lamentablemente. Personalmente quedé con una gran amargura, porque era también la gran posibilidad del gran salto de Atlético, sino que era no solo llegar a la final del Interior sino también a la Liguilla Pre Libertadores, algo que para un club del Interior era inédito en ese momento. Recuerdo que lamenté que cuando se hizo el sorteo y nos tocó con Porongos, cuando mi deseo hubiera sido jugar contra el cuadro de Rivera, aquel con el que se hizo una bulla bárbara, pero al que consideraba que le podíamos ganar por ser un equipo más liviano y Atlético justamente era un cuadro que metía mucho, sabía que el equipo más difícil que había era el de Porongos, si lográbamos superarlo estaba convencido que éramos campeones, pero bueno nos tocó quedar fuera y ahí me quedó una gran pena , a veces como siempre, mis actividades personales no me permitían la gran continuidad con el fútbol y aparte me era muy estresante y di un paso al costado para el otro año y así lo hice toda mi carrera, trabajaba uno o dos años y paraba porque el estrés era muy grande y al mismo tiempo tenía que atender mis cosas. La vida te da siempre una revancha y en el 2002 cuando Atlético me vuelve a convocar para dirigir, fue porque se había ido Mario Viera, que le había salido una oportunidad para irse al profesionalismo y me quedó esa posibilidad de volver a dirigirlo. Estaba convencido que Atlético estaba perfectamente en condiciones de poder hacer una gran campaña pero entendía – después de analizar el plantel – que si Atlético quería lograr el gran objetivo necesitaba tener algo diferente, tener algún jugador desequilibrante. Porque si bien tenía un muy buen plantel le faltaba eso, le faltaba alguien distinto que marcara la diferencia, hablé con los muchachos, porque me acuerdo que en aquel momento los jugadores jugaban prácticamente por la recaudación, porque eran todos de la casa y le daban un premio muy chico. Los consulté a ellos, diciéndoles con total honestidad, si ellos estaban dispuestos a que viniera algún jugador, porque yo consideraba que faltaban, principalmente delanteros, alguno que fuera de verdad diferente, les dije que quería saber lo que pensaban porque si ellos no estaban de acuerdo, de ninguna manera lo iba a traer porque entendía que era lo justo, entendía que ellos se rompían el alma sin cobrar, el que viniera sabían que iba a cobrar. Siempre el jugador que viene de afuera, de otro lado va a cobrar. Y no era justo que no lo supieran o que yo le trajera a alguien sin la anuencia de ellos. Recuerdo haberles dicho a los jugadores: Muchachos quieren seguir estando ahí, como decíamos antes, cuando éramos chicos, siempre “nos falta el vintén para llegar al real”, si quieren lograr el Campeonato, necesitamos reforzar el equipo con un par de jugadores en ataque que es lo que considero estamos un poco bajos. Llega Zuvella, brillante en todo sentido, como persona como jugador, sin duda que fue un excelente elemento para el grupo y para el equipo. Fue fundamental. Lo de Enriquez fue un fracaso y bueno yo mismo les dije a los dirigentes que no quería que lo trajeran más, porque así fue mi compromiso y cumplo mis cosas. Los dirigentes no querían, porque el plantel no era muy grande y tenían un poco de razón para mantenerlo, pero el compromiso mío era ese de no hacer gastar con alguien que a mi no me rendía. Y así fue que Enríquez quedó afuera. Zuvella se transformó en el jugador de gran ayuda para nosotros, fue fundamental. También recuerdo que el Profesor Anselmo Píriz, estaba trabajando con nosotros, había hecho una gran labor previa, básico para lo que luego terminara con éxito, creo que había atrasos en los pagos con él y me planteó que el cobraba por su trabajo y que así no podía seguir. Le plantee que a veces hay que saber esperar, la gente está haciendo un gran sacrificio nos están brindando todo, tal vez si esperamos un poquito esto se puede solucionar. Pero bueno él no quiso esperar y dio un paso al costado, ahí es cuando se incorpora el Profesor Moreno de Santa Lucía, no lo conocía pero enseguida captó lo que era el grupo y se acopló muy bien y nos dio un excelente resultado, brindando una mano bárbara y cumpliendo a la perfección.

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