Fe y Esperanza reúnen a miles en la Catedral Basílica de Florida

En una jornada de devoción y unidad, cinetos de fieles llegaron al Santuario Nacional para honrar a la Patrona del Uruguay, elevando plegarias por el país y su gente en este año electoral

Este domingo, el Santuario Nacional de la Virgen de los 33, ubicado en la Catedral Basílica de Florida, fue el centro de una emotiva peregrinación que reunió a miles de uruguayos en homenaje a la Patrona del país. La convocatoria, que se celebra cada año, fue organizada por la Conferencia Episcopal Uruguaya y contó con la participación de fieles provenientes de diferentes partes del territorio nacional, quienes se congregaron para compartir un mensaje de fe, esperanza y unidad en un momento crucial para el país.
La Conferencia Episcopal envió un mensaje inspirador en esta 30ª edición de la peregrinación, resaltando el lema de este año: “Ánimo, levántate, Él te llama”. Los obispos uruguayos, en sus palabras, invitaron a la multitud a “contemplar a María”, recordando la historia y el simbolismo de la Virgen de los 33 para el pueblo uruguayo, una imagen que representa tanto los orígenes del país como las esperanzas y sueños de la sociedad actual. En su discurso, destacaron la importancia de seguir el ejemplo de la Virgen como guía y protectora en tiempos de cambio.

Monseñor Fabián Antúnez, obispo de San José de Mayo, y Pedro Wolcan, obispo de Tacuarembó, reflexionaron sobre el significado de la devoción mariana en la identidad uruguaya, recordando la presencia de María desde los albores de la patria como un símbolo de paz y justicia. En el marco de un año electoral, hicieron un llamado especial a la paz y a la armonía social, orando para que el próximo balotaje se desarrolle en un ambiente de respeto y diálogo. “María es nuestra capitana y guía”, expresó Monseñor Antúnez, “la que nos acompaña en cada paso y nos recuerda la importancia de vivir en comunidad y en paz”.

La Presencia de Peregrinos de Todo el País
a peregrinación contó con la presencia de fieles de todo el país, muchos de los cuales realizaron largas caminatas o cabalgatas en señal de devoción. Un grupo de peregrinos llegó desde Valle después de días de travesía a caballo, mientras que otros caminaron más de 100 kilómetros para llegar al Santuario, un testimonio de fe y compromiso con la tradición. Los organizadores señalaron que, además de los presentes, muchos otros fieles se unieron en comunión desde sus lugares de residencia, acompañando espiritualmente el evento.

Reflexión y Mensaje de Unidad
La jornada fue también un momento para la reflexión profunda y el compromiso con los valores cristianos. En sus mensajes, los obispos instaron a los fieles a seguir el ejemplo de María, quien, como destacaron, “nos enseña a salir al encuentro de los demás”. Subrayaron que la vocación cristiana implica un llamado al servicio, al amor y a la solidaridad con los más necesitados. “María no se queda contemplándose a sí misma, sino que sale al encuentro de su pariente Isabel”, expresó Monseñor Wolcan, “nos enseña a ir al otro sin demora, con humildad y alegría”.

La Conferencia Episcopal aprovechó también la ocasión para orar por las autoridades actuales y futuras, elevando sus plegarias por aquellos que atraviesan dificultades y por quienes viven en condiciones de vulnerabilidad. “María es refugio de los débiles y protectora de los que sufren”, señaló uno de los oradores, “le pedimos que interceda por todos aquellos que buscan esperanza, que enfrentan carencias materiales o espirituales”.

Un Llamado a Vivir la Fe con Compromiso
En su mensaje final, los obispos recordaron a los fieles la importancia de vivir la fe en acción, invitándolos a ser una “Iglesia peregrina” que se dedica al servicio y al encuentro. “Queremos ser una Iglesia con rasgos marianos: humilde, sencilla, cercana”, indicaron, instando a todos los presentes a preguntarse “¿Hacia dónde nos mueve nuestra vocación? ¿A quiénes servimos como Iglesia?”.
La ceremonia concluyó con un emotivo canto del Magníficat en honor a la Virgen, recordando la profunda conexión de la Patrona del Uruguay con los valores de fe y esperanza que sostienen a la comunidad. Los obispos expresaron su deseo de que cada uno de los presentes, así como quienes siguieron el evento a distancia, encuentre en María la fuerza para enfrentar los desafíos y la inspiración para vivir la fe con alegría y compromiso.

Con esta peregrinación, los uruguayos renuevan una tradición que simboliza no solo la devoción mariana, sino también el espíritu de unidad y solidaridad que caracteriza a la nación. La Virgen de los 33, como símbolo de amor y paz, continúa siendo una guía espiritual para el país, recordando a cada peregrino la importancia de avanzar con esperanza y dedicación en el camino de la fe.

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