No me agarre para el lado de los tomates.
Muchos se asombraran de lo grotesco y mal sonante del título de la columna, pero realmente esos términos no son, en su origen y en otros países, malas palabras.
Cuentan que en las épocas en que los criollos e indígenas del territorio argentino, le disputaban los campos del virreinato de el río de la Plata a los Españoles, las huestes americanas siempre estuvieron mal pertrechadas y muy escasos de armas y ante ello, debían ingeniárselas para el combate.
Hay autores que refieren, en distintos libros, Gelman incluido, a la organización de las tropas de gauchos e indígenas, que enfrentaban con gran valentía a los ibéricos y que dividían las huestes, en 3 grupos iniciales para el combate : “pelotudos”, “boludos” y lanceros.
Ante la arremetida de la caballada o infantes, los “ pelotudos” eran los encargados de tirar sendas piedras lo más esféricas posibles, atadas con tientos, lanzadas a las patas de los caballos, o pies de los milicianos, luego, los que lograban pasar esta lluvia de piedras, tenían que superar la tormenta de bolas, las temibles boleadoras indígenas o las “Tres Marías” criollas de ahí los “ boludos”, , y si a pesar de todo esto pasaban, los esperaban los “lanceros” para la lucha cuerpo a cuerpo, con el cuchillo en los dientes.
Pero claro, usted casi seguramente cuando leyó el titulo pensó: “ el teco se relajó”, pero no, es casi imposible que esto suceda en mis escritos, no me lo permite mi educación.
Igualmente yo lo entiendo, porque en la actualidad la Real Academia Española a “boludo” le da otro significado, habla de necedad o estupidez, en Cuba habla de la punta de un zapato redondeado y en El Salvador se dice ese mismo término a los adinerados.
Porteños mediante, estos adjetivos tomaron otra razón en su existir y describe otra situación que le hace honor a actores y políticos.
Argentina, tierra hermosa y hermana, cuna de tantos actores, actrices, de intelectuales brillantes, artistas plásticos de fuste, literatos insuperables, tiene hoy una tropa, diría un ejército de personajes que ofenden a su rica historia y cultura.
Es que por ahí andan su jerarcas, mintiéndole soezmente al pueblo heroico de San Martín, tratando de humillar y denostar a nuestro presidente y a nuestro país, con cualquier tema, antes la contaminación y los puentes, ahora con el agua y las canillas, porque ellos están convencidos que su pueblo según la RAE “ son necios y tontos” , pero usted aplíquele el lunfardo. Lo del título.
Y para completar tenemos que soportar guarangos, que se creen estrellas, porque tuvieron quince minutos de fama televisiva, diciendo ordinarieces y sandeces .
Y pretenden estar en nuestros teatros, desesperados por hacer unos pesos, pero antes, andan por las radios, jactándose de la influencia del gobierno argentino, embanderado de kirchnerismo, con la ayuda que le dio al Frente Amplio con los trescientos mil votos que cruzaron el charco a bajo precio y días libres.
Con gente así, a mi me dan ganas de cerrar los puentes.
Y bajarlos de cartel