El tercer aporte en la Jornada de Comunicación estuvo a cargo de Natalia Roba, periodista de El Observador y doctoranda en Comunicación por la Universidad Católica del Uruguay.
En Uruguay no hay periodismo especializado en temas religiosos, por lo cual la cobertura de temas como la Semana Santa, la Navidad o este año la beatificación de Mons. Vera es asignada a personas que se identifican con «lo católico»: «andá vos que sos católica y entendés». La tarea consiste entonces en «traducir para que entiendan los que no son expertos». Vivimos en una cultura que, de tanto prescindir de la religión, termina ignorando los aspectos institucionales (iglesias, confesiones, cultos) «tolerando» las experiencias religiosas recluidas en el ámbito privado.
En este contexto, ser católico y periodista, por extensión comunicador, significa ser «buena gente» en el trabajo. Y esta condición le acompañan discernimientos puntuales ante casos donde la ética profesional y la moral católica sean cuestionadas.
En la agenda periodística los temas que caben bajo el título «religión» son los nombramientos de Obispos, los abusos y escándalos, la Semana Santa y la eutanasia. Temas referidos a otras religiones prácticamente no se informan.
Natalia está estudiando la imagen de la Iglesia Católica en los medios de prensa uruguayos en los últimos años. Su énfasis está puesto en la disputa por el espacio público y, mientras avanza, intuye que los medios han informado una representación negativa de la Iglesia. Los casos de la cruz de Juan Pablo II y su estatua en Tres Cruces, así como la negativa de la Intendencia de Montevideo a colocar una imagen de la Virgen en la rambla del Buceo han sido temas debatidos y que generaron noticias en su debido tiempo. Por último y como un éxito, Natalia refirió a las balconeras «NAVIDAD CON JESÚS» que se exhiben en los hogares y se ha extendido desde Montevideo al resto del país.