La columna de El Teco: «La Metamorfosis” es culpa de la LUC

A veces pienso, razono, sólo a veces y me dicen los que saben, que es muy bueno lograr una sinapsis neuronal, trato de hacerlo siempre, pero no vaya creer estimado lector, que lo logro en forma continua.

Cuando no lo logro, canto y desafino, si.

Pero también opino cantando.

No me voy a presentar ante la gente como erudito en algún tema en particular, no, lo que pasa es que nací al oriente del Río Uruguay y esa bendición, me permitió, tempranamente, el convertirme en un “todologo», título como aquel, que el ex fiscal Díaz, endilgó al, lamentablemente desaparecido, relator opinante, del polémico bar televisivo del canal de la flecha, el rey del “ pa,pa,pa, triple», el inolvidable Sonsol.

Gracias a la libertad, la democracia y las redes existentes, hoy es que se puede opinar de la opinión de algún preopinante y no voy a preguntarle a usted que opina, porque lo va a hacer igual.

Y es gratis, a pesar de las sanciones y suspensiones a las que pueda someterte el actual Meta o Facebook.

Además de ser un cantor lenguaraz, siempre me gustó leer, tanto que a veces temí, me pasara lo del Quijote de la Mancha, que se me secara el cerebro, porque además se dió que luché y aún lo hago, contra molinos de viento y más de una vez quedé colgado de las aspas.

Entre tantas lecturas de obras clásicas, afirmo que sin dudas, la más atemorizante que leí, a temprana edad, fue la novela de Frank Kafka “ La metamorfosis”.

Esta novela me permitió visualizar y comprender a medida que pasaban los años, como el ser humano, incluso aquel que normalmente no calificaría como tal, sufre un cambio, una transformación.

Hay más de uno que de la noche a la mañana luego de un sueño intranquilo y poco descanso se transforma en un escarabajo o cascarudo.

También he visto gente mansita a la que le dieron poder y mutaron en arañas peludas y muy peligrosas.

Trazando cierto y antojadizo paralelismo, con el título de la notable obra maestra de Frank Kafka, publicada a principios del siglo XX, cuyo protagonista era un tal Gregor Samsa, que tras una noche intranquila, se transformó en un horripilante insecto, que produjo mucho dolor a su entorno cercano.

Digamos que en eso de transformaciones, sobre todo en forma de escarabajo, o bicho arrastrado, parece ser un efecto, generalizado que se advierte en varios miltantes por la derogación de la LUC.

Es increíble la metamorfosis que produjeron los cientotreintaycinco artículos de la ley de urgente consideración en algunos seres.

Algunos que vivíeron muy bien durante quince años, – hasta les daba para hacer gimnasia política gremial, ahora declaran, a toda voz, en micrófonos y difusores compañeros, que viven mal, muy mal y es lógico, pasaron de solteros a casados y la culpa es de la LUC.

Querían metamorfosis , aquí tienen.

Cómo conté líneas arriba el protagonista central de “la metamorfosis» era un humilde trabajador, vendedor.

Aquí en la Banda oriental también tenemos nuestro Gregor Samsa criollo

Nacio al trabajo en una fábrica de cueritos de primus, luego fabricante de tacos para zapatos, ingresó a Primaria por concurso, según nos contó y es gremialista desde el primer día en asumir ese cargo, antes no, hoy es el candidato presidencial de mayor vuelo dentro del conglomerado de izquierda y además el oportuno adalid de los detractores de la LUC.

Se han reconocido muchos y variados casos de metamorfosis.

Se tienen referencias de seres humanos, que se han transformado en bichos de lengua muy larga y que solo pueden ver parcialmente con un ojo.

Hay dos bibliotecas y una dice que esos casos siempre fueron así, no mutaron, a lo sumo, algún cambio de piel.

Todos conocemos algún Gregor Samsa.

Ricardo Fernández Más

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