Estos últimos días, con el estreno de la película “ la sociedad de la nieve”, conmovedoras historias , que nos muestra la mayor entrega de amor sacrificio, penurias, dolor, me hace reflexionar sobre muchas cosas.
No muchos saben que, de alguna forma estoy relacionado con la gente que sufrió éste accidente y no volvió, por eso no me extenderé sobre el film.
Pero si me voy a extender sobre el título de la columna.
La sociedad de la mugre
Vivo o vivimos en una sociedad que mis padres jamás imaginaron y por lo tanto no me prepararon con lo que se vive hoy en diferentes tópicos, sobre todo morales, sociales y mucho menos políticos.
Aunque el gran Discépolo ya lo había advertido en su escrito, “el mundo fue y será una porquería”.
Y haciendo una alegoría de tan pesimista frase, “Montevideo es una gran porquería, aunque no siempre lo fue.”
Los ciudadanos capitalinos, hace ya un rato largo, padecen la mugre acumulada, la ineficiencia administrativa, el boleto más caro de la historia, aunque los combustibles bajen, las inundaciones, por desagües obstruidos de mugre, contenedores abarrotados, calles rotas, cuando las hay, barrios donde los servicios municipales no EXISTEN, bicisendas que han demostrado lo innecesarias de su realización, por el escaso uso y los accidentes provocados y el Antel Arena, que merece capítulos aparte, casi una biblia.
Pero, siempre hay un pero.
“Al pueblo denle fiesta y vino “
Y allí estuvo el pueblo capitalino, presente apoyando y agradeciendo a la gastadora compulsiva que usó cientos y cientos de miles de dólares para festejar algo interpretativo, erróneo y antojadizamente defendido con pocos y malos argumentos.
Es más, creo estar seguro que muchos presentes en los distintos espectáculos, ni sabía y le importaba un pepino el tema de la fundación de Montevideo y tampoco la “ fundición”.
Y allí vimos divertirse al pueblo citadino convencidos de la gratuidad de los espectáculos que pagó, aunque no le guste reconocerlo, con su dinero y no le importó volver a su barrio oscuro, con veredas desechas y un olor fétido que todo lo inunda por aquello de “al pueblo dale fiesta y vino”
La sociedad de la mugre, habitantes de “La más fiel y reconquistadora” no logra entender la situación, por dogmatismo, ignorancia o tal vez el vino.
Si no le gusta mi opinión vaya y lea, los gastos que se han publicado.
Luego piense cuánto cuesta arreglar el pozo, la rajadura o la iluminación de su calle.
No se olvide del costo de los “Ricarditos”.
No estoy preparado para esta sociedad.