Liliana García transforma la fachada de la Escuela 103 en un mural lleno de vida y esperanza

La intervención artística busca inspirar a niños y vecinos con colores, historias y un mensaje de transformación.

En la intersección de las calles Juan I. Cardozo y Antonio Ma. Fernández, la Escuela Especial 103 de Florida luce una nueva cara gracias al trabajo de Liliana García, docente de arte y joyería, quien con su talento y dedicación ha transformado la fachada del edificio en un vibrante mural lleno de significados.

Aunque García imparte talleres en la institución, este proyecto surge más desde su faceta como artista que como profesora. La idea nació cuando la directora le propuso realizar una intervención en el frente del edificio. A partir de bocetos preliminares, la obra fue cobrando forma de manera orgánica, adaptándose al espacio y a los grafitis que ya estaban en el muro.

“Sentí que la escuela necesitaba color, vida, alegría. No solo para los niños y adolescentes que asisten, sino también para las personas que pasan por aquí. Es un edificio grande y céntrico, pero le faltaba alma. Ahora, con esta pintura, tiene otro espíritu”, explicó Liliana.

El mural, de aproximadamente 42 metros de largo, cuenta una historia que comienza en una esquina con la representación de semillas y termina con niños volando y pájaros, simbolizando el crecimiento, las herramientas adquiridas y las alas necesarias para enfrentar la vida. “Quise mostrar cómo este lugar es un espacio de experiencias, aprendizajes y transformación”, detalló la artista.

Aunque en esta ocasión los alumnos no participaron en el proceso, García resaltó su interés por convertir los murales en actividades colectivas y sociales. “Me gusta que los chiquilines se involucren. Los murales tienen ese valor de trabajo en equipo que es muy enriquecedor”, comentó.
La obra no solo impactará a los estudiantes, quienes se encontrarán con una grata sorpresa al inicio de clases, sino también a los vecinos, quienes ya han expresado su entusiasmo. “La gente pasa y sonríe. Eso demuestra que un poco de color y arte puede cambiar el ánimo de toda una comunidad”, reflexionó García.
Este mural es más que una intervención estética; es un regalo para quienes transitan por la escuela y un recordatorio de que el arte tiene el poder de transformar no solo espacios, sino también vidas.

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