En esta ocasión charlamos con José Lapasta, un multifacético sin lugar a dudas que nos cuenta sus orígenes en la música y como ha influido en sus otras actividades. ¿Cómo se dio el acercamiento a la música? Mi primer contacto de la música fue cuando era chico con el tocadiscos de mi padre, escuchando música de los 70, bandas de música de películas, mi hermano mayor Andrés con sus primeras agrupaciones musicales, bandas de rock que el integraba, ahí fue la primera vez que vi una batería en un ensayo de ellos, no tenía ni batería en esos momentos, practicaba con dos banquetas que hacían de charleston y redoblante, sonaban igual (risas) y con el pie hacía el bombo, la recuerdo con mucho cariño. ¿Qué importante fue la influencia familiar? La familia fue un acercamiento muy importante, gran influencia, por ejemplo, a los 6 y 7 años ponía los vinilos de mi padre y buscaba alguna pista que me fuese agradable al oído, me gustaba la combinación de los acordes, la melodía y la rítmica sin lugar a dudas. Después Andrés que comenzó a tocar en una banda que era Mosaicos los veía ensayar y me derretía todo, desfilaban muchos músicos por casa. Ese amor por la batería como surgió… Y ahí vi la batería que era agarrar un palo y pegarles a los parches y ya sonaban, antes había probado con la guitarra, pero mis dedos no aguantaban (risas) para hacer un acorde y que sonara limpio estaba complicado, demasiado sufrimiento para mí, me decidí ahí por los tambores. La batería es mi instrumento primordial, maravilloso que abrazo y quiero. ¿Cuáles fueron esos primeros maestros que te fueron formando? Mis comienzos en la batería, fue con Rodolfo Deluca, Pablos de los Campos y el Bicho Cortés, estas clases me incursionaron en darme las primeras herramientas, por ejemplo, con Rodolfo al principio hasta gratis eran las clases, estoy eternamente agradecido fue un gran impulso para mí.. Contame cómo surgió Vientos Cruzados. Cuando tenía 17 años conozco a Martín Maillot, en el liceo nocturno, en esos tiempos tenía una batería muy rústica, de segunda mano, arrancamos a juntarnos a «chiviar», a experimentar, Martín invita a tocar con nosotros al «Ruso» Díaz, vimos que había buena vibra, empezaron a salir los temas y comenzamos a ensayar mucho, así fue que nació Vientos Cruzados. Lo recuerdo una etapa muy linda. ¿Qué significó Vientos Cruzados para vos? Vientos Cruzados para mi es uno de los proyectos más importante en mi vida, fue el proyecto que estuve más, tocando en distintos lugares, soporte de varias bandas en Montevideo, siempre fue más el placer hacia la música que una búsqueda de remuneración económica, sin embargo, siempre tratamos de cobrar, creo que fuimos de las primeras bandas de Florida en ese resurgimiento de bandas de mediados y fines de los 90 que cobrábamos, era algo lo teníamos incorporado en el ADN. Podemos decir que hubo dos etapas en Vientos Cruzados. Con Vientos Cruzados tuvimos dos etapas si, la primera desde el 97 hasta el 2001 aproximadamente, nos separamos por motivos de estudio, laborales, familia; un poco la vida misma que te lleva por caminos diferentes. La segunda etapa fue del 2007 que tuvimos ese re encuentro, nos encontramos de nuevo tocando unos dos años disfrutando. ¿Algún intento de volver a tocar? En vivo no hemos tocado más, algún coqueteo que nos juntamos a tocar un rato informalmente, pero ha quedado por ahí, creo que en algún momento puede darse un retorno, una vuelta, más que nada por disfrute que por otra cosa. ¿Post- Vientos Cruzados has tenido otros proyectos musicales? En el 2013 hasta el 2016 tuve un proyecto mientras vivía en Santa Lucía junto a Matías Echenique era un dúo de música electrónica con tintes rockeros y jazzísticos, una experiencia muy linda donde pudimos tocar en varios lados como en Florida mismo. Y en la actualidad… En la actualidad no estoy muy en contacto con la música, más que a través de la escucha, tengo el foco en otras áreas, pero siempre sabiendo que la música está ahí, cuando sea propicio me va a llamar de nuevo. Hoy estoy enfocado en la parte plástica, dibujando y pintando, podría decir que siempre ha sido como cíclico que se van alternando entre la expresión a partir de la música o en la parte plástica, dependiendo de los momentos como lo sienta. Contanos un poco de tus otras actividades y ¿cómo se vinculan? Incursioné de chico en el dibujo y me formé como profesor de artes plásticas, de hecho, vivo de eso, dando clases en secundaria, siempre sentía esa necesidad de expresar, en mi caso personal las dos se complementan, cuando en una de ellas no podía, recurría a otra forma para comunicar esas ideas, en mi vida siempre ha sido así. También otras búsquedas que he incursionado que me hace muy feliz, en las terapias alternativas, soy terapeuta, para poder ayudar a otros y acompañar en sus procesos. ¿Un mensaje? Dejar fluir y que la expresión artística en general está ahí Lo que mueve es compartir lo que uno hace y disfrutar, ahí creo que está todo.