MURIÓ LEOPOLDO JACINTO LUQUE

Tenía 71 años y estaba internado desde mediados de enero en terapia intensiva tras contagiarse coronavirus. Fue uno de los más grandes centrodelanteros del fútbol argentino, brilló en River y quedó en la historia por los cuatro goles que aportó para la conquista del Mundial de Argentina 1978. Leopoldo Jacinto Luque, campeón con la selección argentina en el Mundial de 1978, falleció el lunes en la provincia de Mendoza a los 71 años, luego de luchar varias semanas por un cuadro de coronavirus que se agravó con el correr de los días, reportaron familiares y medios de prensa. Como centrodelantero y goleador, además de haber integrado el seleccionado nacional, Luque brilló en River Plate, además de defender los colores de Rosario Central y Unión de Santa Fe, entre otros equipos. Con la camiseta de la Selección, marcó 22 goles en 45 partidos. Su paso por el club ‘millonario’ fue exitoso, con 75 goles en 176 encuentros. Cinco veces ganó el campeonato argentino con la ‘banda roja’. Con los colores albirrojos de la escuadra ‘tatengue’ de Unión y en carácter de capitán, logró el ascenso a la primera división en 1974. «Con técnicos como (César) Menotti en la Selección o como (Ángel) Labruna en River, yo me sentía el mejor delantero del mundo», declaró en una entrevista. En la Copa del Mundo de 1978, marcó el empate parcial en un gol en el debut contra Hungría, cuando el equipo sufría el buen juego de los europeos. Argentina ganó aquella noche 2-1. Otro gol valioso fue el que selló el triunfo ante Francia (2- 1), con un estupendo remate desde afuera del área, clavado en un ángulo a media altura, conquista que le permitió a la albiceleste clasificarse a la segunda ronda. Frente a Perú anotó dos goles, la noche de una victoria por 6-0 que llevó al conjunto local a la final contra Holanda, en la que se impuso por 3-1 en tiempo adicional. Fue el cuarto goleador de la Copa con cuatro anotaciones, dos menos que el artillero mayor del torneo, su compatriota Mario ‘Matador’ Kempes. Como director técnico se radicó en Mendoza, provincia en la que dirigió a varios clubes, entre ellos Argentino, el último de su carrera.

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