Cuando escucho las campanas
Llega el Sol a repicar, con un himno que me inclina,
¡Ante un Ángel, de glorioso congregar!
¡Alabemos al Santo niño!,
¡Oh San Cono Inmaculado, eres Ángel de dorado palpitar!,
Que aurora ha traído, ¡entre brazos de paloma maternal para adorar!.
¡Oh San Cono, Santo niño!, con delirio he de admirar:
Tu rosario peregrino, y ¡a tus manos haciendo altar!,
Cada cuenta son virtudes: ¡tu pureza de Cristal!.
¡Siempre Santo, Siempre niño
Ante el amor Fraternal;
Paso a paso de la vida
tu orientas ¡Niño Eterno!
¡con la luz del cáliz Padre,
a comulgar!.
Entre prados ya la Patria: va descalza, de colores que en tu pecho he de besar!
¡De ensueño jubiloso, dulce guía de la fuente Celestial!
¡Oh Santo luminoso, serafín de amor bondad!,
Siempre escuchas, siempre elevas a la fe que de rodillas va rezar,
hasta el cielo los pedidos,
Y abundancia a consuelos: ¡inocencia de tus dones a entregar!.