Marzo 2021 El Monitor de Opinión Pública presenta información de seguimiento de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya. La información presentada en este informe proviene de una encuesta de telefonía celular a personas mayores de 18 años residentes en todo el país. La medición fue realizada entre el 22/2/2021 y el 1/3/2021 sobre la base de un muestreo aleatorio a números rango de telefonía celular. La muestra es de 800 casos y el margen de error máximo para las proporciones referidas al total de la muestra es de +/-3.5% para un nivel de confianza del 95%. Los resultados se encuentran ponderados por nivel educativo, región, edad, sexo y voto en las elecciones presidenciales de 2019. El Monitor de Opinión Pública es contratado por Montecarlo Televisión, agrupaciones políticas y organizaciones del sector público y privado. Este informe se presenta como primicia en Todas las voces (Canal 4) Análisis Los problemas económicos, especialmente el desempleo, siguen al tope de las preocupaciones ciudadanas. 2020 fue un año de cambios relevantes en la opinión pública uruguaya. Uno de los principales, en el marco de la emergencia de sanitaria, es el desplazamiento de la inseguridad como principal problema país por parte de los problemas económicos. Al finalizar febrero y comenzar marzo, un conjunto de preocupaciones económicas suman el 44% como principales problemas del país. Dentro de estas temáticas, lidera ampliamente el desempleo, seleccionado como principal problema por un 26% de los uruguayos. El resto son preocupaciones que alcanzan guarismos similares: pobreza 7%, bajos salarios 6% y costo del estado 4%. La preocupación por la delincuencia aparece por primera vez en tercer lugar en los últimos 3 años, siendo mencionada por un 18% y desplazada por el coronavirus, que registra un 20% de las respuestas (máximo de nuestras mediciones desde la llegada de los primeros casos de COVID-19 al país). Dado que la medición se realizó mayormente en la última semana de febrero, es factible que en la actualidad la preocupación por el coronavirus haya incluso crecido algunos puntos, en vista del incremento de los contagios y decesos por COVID-19, así como por el riesgo de saturación del sistema de cuidados intensivos. Si observamos la serie histórica 2019-2021, constatamos que el cambio central en el mapa de expectativas ocurre en el segundo trimestre de 2020, a partir de la instalación de la pandemia en el país. Allí, se produce un triple fenómeno: el coronavirus ingresa en la agenda de preocupaciones ciudadanas, la preocupación por la delincuencia experimenta una abrupta caída y, de la mano de la problemática del empleo, crecen varios puntos las preocupaciones económicas. En tanto, al comparar los dos últimos trimestres, constatamos que el cambio principal es el crecimiento de la problemática del coronavirus y un nuevo descenso de la preocupación por la inseguridad, manteniéndose estable el conjunto de preocupaciones económicas. Como salvedad, vale aclarar que los datos del último trimestre de 2020 corresponden a octubre, antes del pico de la primera gran ola de contagios en el país. Por otro lado, pese a su caída relativa, hay un 21% de los uruguayos que señala a la delincuencia como segundo problema principal del país (es decir, 4 de cada 10 uruguayos posiciona a la delincuencia como uno de los dos problemas principales del país). Aunque no siempre las expectativas y percepciones ciudadanas se alinean con los indicadores objetivos, hay un comportamiento bastante consistente entre ambos conjuntos de indicadores. A partir de la emergencia sanitaria, existe una mejora apreciable de las cifras delictivas mientras que lo inverso ocurre con los indicadores económicos. Sin embargo, se observa que la relativa mejora de indicadores de empleo en los últimos trimestres (especialmente de la tasa de empleo), no ha generado impactos en el posicionamiento de los problemas económicos en general ni del desempleo en particular. Fuertes variaciones en las preocupaciones ciudadanas según perfil político y generacional Desagregando la información según voto en primera vuelta, se encuentran diferencias apreciables entre el bloque de electores de alguno de los partidos de la Coalición Multicolor y el conjunto de adherentes del Frente Amplio. Es 27 puntos más alto el porcentaje de frentistas que eligen alguna temática económica como principal problema del país, 61% contra 34% de los electores multicolores. En todas las demás preocupaciones, es superior el porcentaje de multicolores, 9 puntos más respecto a la temática de la inseguridad, otros 9 puntos de diferencia en cuanto al coronavirus, 5 puntos respecto a la educación y otros 5 puntos en relación a la corrupción. Sabido es que los dos grandes bloques de electores con que cuenta el país tienen acentos diferentes en valores que impactan directamente en las expectativas ciudadanas. Por ejemplo, ambos bloques sostienen miradas diferentes sobre la desigualdad socioeconómica, lo que a su vez se asocia con brechas en los porcentajes que ubican a la pobreza como principal problema del país (en nuestra medición de febrero, 14% de los frentistas señala a la pobreza como principal problema contra 4% de los electores multicolores). Sin embargo, es probable que algunas de estas discrepancias entre frentistas y multicolores también deriven de su diferente conformación generacional. Cuando observamos las preocupaciones ciudadanas a la luz de 3 grandes franjas etarias, constatamos efectivamente que el segmento de adultos jóvenes (donde el FA tiene particular ascendencia), es aquel que otorga mayor centralidad a los problemas económicos. 55% de los adultos jóvenes menciona las temáticas económicas como principal problema del país, 11 puntos por encima del promedio poblacional y 24 puntos por encima del segmento de los adultos mayores. Especial mención merece el desempleo, mencionado por 38% de los jóvenes como principal problema del país, frente a un 14% de los adultos mayores. En el otro extremo, entre los adultos mayores se encuentran los porcentajes más altos alcanzados que señalan a la delincuencia y al coronavirus como principales problemas del país (en este último caso duplicando al porcentaje registrado entre los adultos jóvenes). Más allá de las diferencias en el perfil ideológico de las generaciones, las tendencias son mayormente consistentes con el impacto diferencial de cada problemática según edad. Es decir, la mirada sobre los problemas del país está inevitablemente afectada por los riesgos personales que comporta la etapa vital por la que se transita. Por ejemplo, mientras la principal población de riesgo del COVID-19 es más proclive a señalarlo como el principal problema del país, el segmento etario más proclive a sufrir el desempleo es aquel más propenso a ubicarlo al tope de los problemas. Perspectivas Respecto a la evolución del mapa de preocupaciones ciudadanas, se plantean varias interrogantes de cara a los próximos meses. En el corto plazo, el crecimiento de contagios y decesos por COVID-19 (y un virtual agravamiento de los problemas de cobertura en cuidados intensivos) podría continuar empujando al alza esta preocupación ciudadana. Sin embargo, de observarse los efectos esperados por la campaña de vacunación (y tomando en cuenta el ritmo acelerado por el que progresa actualmente), en el mediano plazo se podría avanzar en el país a un escenario postpandémico en el que las temáticas sanitarias cedan lugar a preocupaciones alternativas. Al mismo tiempo, si bien no hay una correspondencia automática entre indicadores objetivos y subjetivos, es evidente que existe una relación entre ambos, tal como lo prueba el claro cambio de la opinión púbica uruguaya desde la emergencia sanitaria en adelante. Por ello, una de las grandes interrogantes planteadas es qué sucederá con los indicadores delictivos en un escenario de control de la emergencia sanitaria y regreso a los niveles pre pandémicos de movilidad. La otra gran interrogante es cuándo logrará la economía retomar una clara senda de reactivación, normalización (por ejemplo, en sectores clave como el turístico) y recuperación de empleo. Hoy, esta es la gran interrogante y preocupación que prevalece en la mayor parte de los uruguayos