El Museo Histórico Departamental fue el escenario elegido para la presentación de “Acomodando las Garras”, el nuevo libro de Héctor Pelfort Echetto. Con dibujos de Guzmán García Lengua y versos que evocan el alma del campo, la actividad unió patrimonio, amistad y raíces criollas.
El Museo Histórico Departamental fue el escenario elegido para la presentación de “Acomodando las Garras”, el nuevo libro de Héctor Pelfort Echetto. Con dibujos de Guzmán García Lengua y versos que evocan el alma del campo, la actividad unió patrimonio, amistad y raíces criollas.
“Presentar este libro aquí, en este museo, tiene un valor patrimonial”, señaló Guillermo Montaño, al abrir la actividad. “Las tradiciones rurales son parte de nuestra identidad, y este libro rescata ese sentir”, agregó. La emoción fue una constante durante su intervención, cuando recordó su vínculo con el autor: “Nos conocimos trabajando en el Instituto Nacional de Abastecimiento y luego compartimos 18 meses de seguro de paro. De allí nació una amistad que sigue firme”.
Sobre el contenido del libro, Montaño destacó que se trata de “una veta nacida de la añoranza, de ese recuerdo del campo desde los solares montevideanos, que Héctor transformó en versos criollos, cargados de afecto y familiaridad”.
Por su parte, Pelfort relató cómo nació “Acomodando las Garras” a partir de un dibujo del artista Guzmán García Lengua: “Un paisano jugando a las garras en plena tormenta. Esa imagen me inspiró una canción, y aunque ese dibujo no pudo estar en la tapa, fue el que dio pie al título del libro”.
El escritor también mencionó que muchas de las poesías de esta obra forman parte de los discos grabados junto a Ricardo Fernández Más durante la pandemia, disponibles en plataformas digitales como Spotify y YouTube. “Aliviando la bastera”, explicó, “es una de las canciones incluidas y la que más representa el espíritu del libro”.
El público acompañó con calidez la presentación, entre versos y recuerdos. La actividad cerró con la lectura de una de las décimas incluidas en el libro, en la voz del propio autor, una pintura hablada del paisano en la doma, de la paciencia y el respeto mutuo entre jinete y caballo.
Una obra que rescata el espíritu campero, el valor de los afectos y la poesía del campo.
