Lautaro, de la Familia de María, nos acercó las fotos y este relato:
“Una Vigilia de Pentecostés llena de paz, verdaderamente se sentía la presencia del Espíritu Santo. Rezamos especialmente por aquellas personas que no conocen el amor de Dios, para que el Espíritu Santo con su fuego devorador abra los corazones de todos ellos. En un momento de silencio cada uno encendió una vela al Señor por las intenciones que llevamos en nuestro corazón y escribimos nuestras peticiones y las colocamos en un corazón dorado delante del altar, el corazón de Jesús que se dona a cada uno de nosotros sin distinción.”
“Una vigilia muy dinámica combinando la adoración personal con meditaciones, posibilidad de la Santa Confesión, rezo de misterios y cantos que los jóvenes de la parroquia prepararon con mucha dedicación para que fuera un encuentro con el Señor desde la intimidad. Fue una gran alegría poder ver a tantos jóvenes adorando el santísimo sacramento.”
“Culminamos la vigilia con la Bendición personal del Santísimo Sacramento. Una de las meditaciones mencionaba que nosotros también tenemos este deseo de ser como los apóstoles y ser guiados por el espíritu de Dios, queremos amar y entender mas a Jesús, lo que nos dice a través de la Santa Escritura pero también lo que nos dice a cada uno de nosotros en nuestro corazón. Señor queremos alabarte y glorificarte desde nuestra intimidad, desde lo mas profundo de nuestro corazón queremos amarte a ti, presente en la Santa Eucaristía.”