En una histórica votación, el Senado de la República Oriental del Uruguay aprobó por unanimidad un proyecto de ley que regula el impacto sonoro en el uso de pirotecnia. La Cámara Uruguaya de Fuegos Artificiales (CUFA) ha destacado la importancia de esta ley que unifica las reglamentaciones existentes en los diferentes departamentos del país.
Según el proyecto, se espera reducir significativamente el ruido generado por la pirotecnia, más de 10 veces en términos globales y más del 50% en la presión sonora a corta distancia. La votación, que resultó en 23 votos a favor de 23, marca un hito en la regulación de este sector en Uruguay.
Gustavo Prato, presidente de CUFA, ha expresado que la nueva ley impondrá desafíos significativos al rubro de fuegos artificiales, ya que se espera que se reinvente y busque alternativas para cumplir con las estrictas limitaciones establecidas. Prato destacó que la reducción a 110 y 105 decibeles implica un límite estricto para muchos productos aéreos, eliminando prácticamente todos los productos de estruendo.
La CUFA, junto con otros actores del sector, fue recibida por la Comisión de Salud Pública del Senado para presentar informes técnicos de Europa, China y Estados Unidos. Se presentó un informe que mostraba el Mapa Acústico de Montevideo, resaltando que muchos lugares superan los 85 decibeles de ruido promedio, mientras que eventos anómalos llegan a los 140 decibeles.
El presidente de CUFA señaló que la escala de decibeles no es lineal y que la reducción propuesta representa una disminución significativa en el ruido. Aunque se basaron en parámetros de la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud, Prato indicó que la ley uruguaya establece límites de ruido más bajos que los recomendados internacionalmente.
Prato también reconoció la importancia de reducir el impacto sonoro de la pirotecnia y compartió la experiencia de un evento inclusivo realizado en diciembre con niños con autismo, donde se utilizaron fuegos artificiales de distintos niveles de decibeles.
Si bien se reconoce la necesidad de reducir el impacto sonoro, Prato hizo hincapié en considerar a la sociedad en su conjunto y a los puestos de trabajo que genera el sector de fuegos artificiales. Señaló que los festejos en las fiestas son un derecho de todos y que la nueva regulación permitirá celebraciones más inclusivas y con menos ruido.