Aumentan las intoxicaciones por monóxido de carbono: qué es, cómo prevenirlas y qué hacer ante una emergencia

Un riesgo silencioso que se repite cada invierno y exige más conciencia y prevención

Cada año, cuando bajan las temperaturas, aumentan también las intoxicaciones por monóxido de carbono, un gas invisible, inodoro y sumamente peligroso que se produce con la combustión en estufas, calefones y braseros. En Florida, al igual que en todo el país, esta amenaza silenciosa vuelve a cobrar protagonismo con la llegada del frío y la mayor utilización de equipos de calefacción en los hogares.

La toxicóloga Melina Pan, del Hospital de Clínicas, advirtió que pese a las constantes advertencias de especialistas médicos, bomberos y toxicólogos, los casos no solo no disminuyen sino que crecen cada temporada. Según la especialista, en Uruguay se registran alrededor de 20 fallecimientos por año y decenas de casos de intoxicaciones graves y leves.

“El monóxido de carbono es un gas que no se percibe y se genera siempre que hay una combustión, ya sea con estufas a leña, a supergás, calefones o braseros”, explicó la doctora Pan en un reportaje. Agregó que el riesgo aumenta considerablemente cuando las casas permanecen cerradas para conservar el calor, ya que el oxígeno disminuye y la concentración del gas tóxico crece.

Una de las situaciones más comunes es la colocación de calefones o termotanques a gas dentro de las viviendas, muchas veces en baños, cuando la recomendación clara y categórica es que estos artefactos deben ubicarse siempre fuera de las casas para evitar la acumulación del gas.
Ante el frío, la tentación de cerrar todas las ventanas y puertas para mantener el calor puede ser fatal, advirtió la toxicóloga. “Es imprescindible dejar alguna abertura, aunque sea pequeña, para que el ambiente se ventile constantemente. Esa simple medida puede hacer la diferencia entre una intoxicación grave o la muerte”, alertó.

Además, la especialista desaconsejó dejar las estufas encendidas al momento de dormir o retirarse de la habitación, dado que, además del riesgo de incendio, el monóxido puede acumularse durante la noche sin que la persona lo perciba.
En cuanto al mantenimiento, Pan recomendó una limpieza anual de las chimeneas en estufas a leña y reiteró la importancia de la ventilación constante en el caso de estufas a gas. “Si no se puede mantener una ventilación permanente, lo ideal es prender la estufa, apagarla y ventilar el ambiente varias veces durante su uso”, señaló.

Síntomas y qué hacer en caso de intoxicación
Los primeros signos de intoxicación suelen confundirse con enfermedades comunes y van desde dolores de cabeza, náuseas, vómitos hasta somnolencia y debilidad. La toxicóloga advirtió que los afectados pueden pasar de un estado aparentemente normal a uno grave en muy poco tiempo. “Muchas veces, la intoxicación ocurre mientras la persona duerme, y al despertar siente debilidad en las piernas y dificultad para levantarse o salir del lugar”, explicó.

En casos severos, la intoxicación puede derivar en convulsiones, coma y hasta la muerte. Los grupos más vulnerables son los niños pequeños y los adultos mayores, quienes pueden presentar efectos más agudos debido a su sensibilidad.
Ante cualquier sospecha de intoxicación se debe llamar de inmediato a los servicios de emergencia médica y también al teléfono 1722 del Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT), disponible las 24 horas.

Para aumentar la prevención, la toxicóloga Melina Pan recomendó instalar detectores de monóxido de carbono en los hogares, dispositivos que ya son comunes en otros países y que pueden salvar vidas. Estos sensores tienen un costo accesible, que varía entre 500 y 2.000 pesos, y emiten una alarma en caso de detectar concentraciones peligrosas del gas.

La llegada del invierno es, sin dudas, un llamado a la responsabilidad y la prevención en todos los hogares. Entender los riesgos y adoptar medidas simples puede ser la clave para evitar tragedias que podrían evitarse con información y precaución.
Fuente: subrayado.com.uy

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