El candidato a edil por la lista 222 del Partido Colorado presentó una batería de propuestas que buscan recuperar la voz de los barrios, fortalecer las comunidades del interior y proteger el medio ambiente.
En un contexto donde muchas comunidades sienten que su voz no llega a los espacios de decisión, el candidato a edil Cono Abreu, de la lista 222 del Partido Colorado, propone rescatar herramientas de participación ciudadana que alguna vez fueron pilares de la vida barrial en Florida.
“Antes, las comisiones barriales tenían un rol fundamental. Eran los vecinos los que sabían qué pasaba, qué necesitaban sus barrios”, afirma Abreu, señalando cómo este modelo se fue apagando con el tiempo debido a la falta de respaldo institucional. “La gente tenía que vender tortas fritas, hacer rifas para pagar el alquiler del local o la cuenta de luz. Eso fue desmotivando a muchos”.
Volver a confiar en el vecino
La propuesta busca revitalizar las comisiones barriales, pero con el compromiso de que la Intendencia les brinde un apoyo estructural: aportes económicos para los gastos básicos (luz, agua, alquiler) y respaldo técnico y humano para sostenerlas. “No es un gasto grande para el Municipio, pero sí puede hacer una gran diferencia para que las comisiones funcionen”, sostuvo.
Además, Abreu proyecta que estas comisiones puedan organizarse en una Comisión Interbarrial, que funcione como órgano articulador entre barrios y autoridades. Esta estructura permitiría canalizar propuestas, evaluar necesidades con una visión global, y generar un marco de unidad entre zonas urbanas y rurales.
En ese sentido, se plantea también el retorno del presupuesto participativo, una herramienta que permite que los vecinos voten y elijan qué obras priorizar en sus barrios. “Cada barrio tiene realidades distintas. No es lo mismo un barrio céntrico que uno periférico o una localidad del interior. Hay que darles voz para que decidan qué obras quieren hacer”.
Con esta metodología, las comisiones barriales no sólo retomarían su rol histórico de interlocutor con el gobierno departamental, sino que se convertirían en motores de ideas, de proyectos y de soluciones concretas nacidas desde el territorio.
Interior profundo, presente
Abreu también hace énfasis en que el interior del departamento no puede quedar afuera. Propone el fortalecimiento de las juntas locales en cada comunidad rural, replicando el espíritu de las comisiones barriales. “Son los propios vecinos del lugar los que mejor conocen sus problemas. Desde ahí también se puede generar cambio”.
Este esquema, sumado a una figura coordinadora desde la Intendencia, buscaría facilitar la comunicación y el seguimiento de los proyectos, actuando como puente entre los distintos niveles de organización vecinal y el gobierno departamental.
Ambiente, tecnología y prevención
Dentro de su propuesta, el medioambiente ocupa un lugar destacado. Abreu plantea un plan de reforestación masiva en todo el departamento, incluyendo zonas urbanas, costeras, rurales y montes nativos. “Queda muy poco monte nativo. Hay que hacer algo ya para que no desaparezca”, alertó.
Para ese objetivo, proyecta la creación de un cuerpo de guardabosques y el uso de tecnología como drones para vigilar zonas extensas de difícil acceso. “No se trata solo de plantar árboles, sino de protegerlos. Y para eso hay que poner gente, medios y control”.
También se refirió a un tema sensible en la ciudad: las picadas ilegales. Su propuesta es crear un picódromo, un espacio controlado donde los aficionados a las motos puedan desarrollar su pasión sin poner en riesgo a los vecinos. “Hoy no hay un lugar para ellos y terminan corriendo en la calle, generando peligro para todos. Un picódromo sacaría ese problema de la ciudad, sin quitarles su derecho a tener un espacio”.
Abreu denunció que esta propuesta, originalmente difundida por su equipo, fue luego tomada por otro actor político. “No importa quién la diga, lo importante es que se haga. Pero hay que reconocer que fue una idea de nuestro grupo, la 222”.
Propuestas con los pies en la tierra
Cono Abreu subraya que su rol no es prometer soluciones mágicas, sino abrir caminos desde la Junta Departamental. “Nosotros no tenemos la capacidad de concretar las obras directamente, pero sí podemos plantearlas, impulsarlas y luchar para que se escuchen. Vamos a defender estas ideas porque nacen del diálogo con los vecinos y porque creemos que pueden mejorar la calidad de vida en todo el departamento”.