El hombre de gris

Por: Lucas Martínez

El hombre de gris sale a fumar todos los días a la hora de su descanso. Con la cabeza sobre sus hombros mira soberbio hacia el cielo. Siempre ha creído que está vacío, se encuentra el mismo azul de siempre, a veces alguna nube flaca le pinta alguna mancha, no más que eso.
Pero la gente siempre habla del cielo, otros mundos, constelaciones, seres de otros planetas, astrología, dioses… Para él no son más que charlatanes caídos en pozos por no mirar donde pisan. Nadie con una vida digna tiene tiempo de ver una caja sin fondo y hablar de las maravillas que esconde.
La rabia empieza a consumirlo, adelanta las últimas pitadas del cigarro y lo aplasta con el pie sobre el piso. Aquello no merece más vueltas. Baja la cabeza, limpia muy bien sus pies en la alfombra y con la mirada bien al frente vuelve a navegar en su mar de grises.

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