José Luis Llugain: Los ojos del lobo marino

Caminando por la orilla del mar como todos los días de verano, cercano a una zona rocosa vi el cuerpo sin vida de un lobo marino. Su tamaño indicaba que se trataba de un ejemplar joven. El cuerpo estaba completo por lo que deduje que habría fallecido envenenado por alguno de los tantos contaminantes que estamos arrojando en nuestros mares. No existía otra explicación para esa desgracia ocasionada por los seres humanos. Era una escena lamentable, el dolor y los sentimientos de culpa me invadieron.

Pero lo que más me llamó la atención era que el animal no tenía ojos. Deduje que alguna ave predadora se los había comido; muy probablemente se trataría de una gaviota, la “reina” en esa zona costera.

Me asaltó la duda sobre las razones que motivaron a esa ave para arrancar los ojos del desdichado lobo marino. Si eventualmente yo descartara la alternativa de que lo hizo para alimentarse, ¿qué otra explicación podría haber? Me incliné por pensar que ella, en su afán por conocer cómo es el mar observado desde su interior, quiso apropiarse de las imágenes que el lobo marino captaba con sus ojos en las profundidades del mar.

Si acerté en mi hipótesis, esa ave -¡pobre ilusa!-, no habrá podido concretar su sueño. Por más que coma muchos más ojos de animales marinos, jamás podrá acceder al privilegio per se de conocer las profundidades del mar. Eso no está previsto para ella por parte de la madre Naturaleza.

Más bien ella debe disfrutar de sus alas con las cuales tiene el privilegio de volar haciendo mil y una acrobacias, algo vedado para los animales marinos y para quienes caminamos sobre la superficie. Muchos quisiéramos volar y, sin embargo, no podemos hacerlo. Cada especie tiene aptitudes que la diferencia de los demás. Solo es cuestión de asumir y disfrutar de las ventajas que cada quien ha recibido de la Naturaleza.

Desde la costa podemos observar cómo la gaviota puede sobrevolar y bailar sobre las ondas del mar y convivir con los lobos marinos disfrutando de la vida todos juntos, en armonía.

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