Marita Rossi: Era una niña

Era una niña delgada, muy delgada. Tenía el cabello rizado y en sus ojos, con apenas ocho años había un dejo de madurez y preocupación pues veía la pobreza y sacrificio de sus padres para sacar a sus hijos adelante, con valores y altivez (pero no esa de engreídos, sino la que da la honradez).

El primer año de escuela fue bueno. Se integraba con sus compañeros y además ya iba un poco adelantada porque su padre, que era inteligente y paciente, le había enseñado a escribir y a contar y algo de sumas y restas.

Pero al año siguiente, por razones de trabajo de su papá, tuvo que ir a otra escuela donde, desde el primer día sintió el rechazo de sus compañeras.

Era una escuela de campaña donde una sola maestra atendía a doce chicos, cinco chicas y siete varones.

Tres de las chicas era muy rubias y las otras eran castañas de cutis muy blanco, por lo que a la recién llegada le llamaban “la negra”.

La injusticia de aquellas altivas criaturas le pegó muy fuerte durante mucho tiempo.

Pero, por suerte, la inteligencia siempre prima y supo restar importancia a quienes pretendieron robarle la autoestima.

Nunca permitas que la injusticia te lastime.

Valórate y sé consciente de lo que eres y lo que vales.

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