Uruguay no perdió aún el control definitivo de la pandemia; ganó tiempo, salvó vidas y evitó contagios, por eso, no podemos comprometer lo logrado, remarcó el integrante del Grupo Asesor Científico (GACH), Rafael Radi. Agregó que el país atraviesa la primera ola de contagios de COVID-19 y llamó a reducir la circulación para evitar la exposición al virus. También informó que se trabaja intensamente para acceder a las vacunas.
En conferencia de prensa, este miércoles 16, en Torre Ejecutiva, Radi recordó que a nivel mundial la pandemia de COVID-19 infectó, hasta el momento, a 74 millones de personas y provocó 1,6 millones de muertos, mientras que en las últimas semanas la tasa de infectados creció 6% y la de muertos, 7%.
En este contexto, Uruguay está sufriendo un aumento de los casos, producto de la primera ola de contagios, que estresa el funcionamiento de la sociedad y del sistema de salud, indicó el científico, acompañado por el resto de los integrantes del GACH, Fernando Paganini y Henry Cohen.
Advirtió que el país pasó de una etapa con brotes a una fase evolutiva, y que en la zona metropolitana de Montevideo comienza a registrarse una circulación comunitaria del virus.
La situación es dinámica, con desafíos a cortos y mediano plazo, con la celebración de la Navidad y Fin de Año como fechas “de estrés adicional”, consideró, y recordó los casos de Estados Unidos y Canadá, donde la celebración del Día de Acción de Gracias derivó en un aumento de los casos por contacto intrafamiliar. Este tipo de experiencias deben capitalizarse para impedir un agravamiento de la situación, indicó.
Radi confirmó que Uruguay está en su primera ola de contagios, la cual no atravesó antes “por el conjunto de medidas sanitarias, científicas, sociales, con un nivel de éxito alto en los primeros siete meses de la pandemia. Ahora tenemos que trabajar para aplanar la curva”, aseguró.
De acuerdo al modelo de transmisión de enfermedad contagiosa SEIR (sigla de susceptibles, expuestos, infectados y recuperados) más del 99% de la población uruguaya es susceptible de contagios.
“En Uruguay, prácticamente todos somos susceptibles, porque si hemos tenido 10.000 casos significa un 0,3 % de la población. Si pensamos que puede duplicarse esa cifra por asintomáticos no diagnosticados, llegamos a 20.000, 0,6% de la población”, explicó.
Por esa razón, consideró que el único lugar del modelo sobre el que la población puede actuar es minimizar la exposición al virus. No obstante, “en esta hora oscura aparece una esperanza, que es la vacunación”, dijo, y adelantó que desde el Gobierno y el GACH se trabaja de manera intensa para lograr en tiempo y forma una vacuna de calidad, que signifique una salida lo más rápido posible.
“No tenemos inmunidad de rebaño, estamos lejísimos de eso, por lo tanto, la única estrategia sostenible es evitar la exposición al virus”, aseveró.
Agregó que se incrementará la aplicación de los tests serológicos, a la vez que se desarrollarán tests de antígenos, con resultados en 15 minutos.
Para evitar la propagación del virus, Radi llamó a la población a disminuir la movilidad, la exposición y contactos, socializar en los grupos “burbujas”—en lo posible una sola, de pocos integrantes—, evitar la actividad en lugares cerrados, disfrutar lugares al aire libre en forma responsable y respetar los protocolos.
“Aún no hemos perdido el control en forma definitiva sobre la epidemia. Hemos ganado tiempo y nos preparamos. En Uruguay se salvaron más vidas y, comparando con la escala regional, tendríamos más de 3.000 muertos y 120.000 contagios. Ahora queda la etapa más importante de muchos meses. Retomar el control depende de la población, de las medidas y de las capacidades de testeo, rastreo y aislamiento”, señaló.
Aumento exponencial de casos
El científico Fernando Paganini explicó que Uruguay experimentó un cambio de fase en noviembre, cuando transitó hacia una fase de crecimiento exponencial de la enfermedad.
El incremento de contactos a nivel comunitario, especialmente en la zona metropolitana de Montevideo, hace multiplicar los contagios. Los casos con nexo desconocido aumentaron 30%, lo que genera demoras en el proceso de detección de los contactos, rastreo, testeo y aislamiento. Esto es un indicador de que el sistema está exigido, indicó.
Paganini subrayó que, de mantenerse la tendencia, a fin de año podrían registrarse 1.200 casos diarios y ocuparse unas 120 camas de centros de terapia intensiva (CTI). Esta proyección no se frena sin un cambio importante en la tendencia, enfatizó.
En igual sentido, Henry Cohen explicó que Montevideo es el epicentro de la pandemia, con brotes que provienen principalmente, 25 % cada uno, de los ámbitos intrafamiliar, laboral, educativo, de residenciales de ancianos, y de actividades vinculadas a clubes, eventos sociales y centros de salud.
Reiteró las estrategias de mitigación y enfatizó que mantienen un valor crucial a la hora de controlar la dispersión de la enfermedad: distanciamiento físico sostenido, uso de mascarilla, lavado de manos, prioridad para las actividades al aire libre y
ventilación de espacios cerrados.
También recomendó evitar las reuniones prolongadas, los cantos y gritos, sobre todo en lugares cerrados y sin adecuado distanciamiento. Sobre la nueva modalidad propuesta por los expertos de mantenerse en “burbujas”, de entre 6 y 10 personas, explicó que se trata de una alternativa al confinamiento, un contrato social en el que los miembros pertenecen solo a un grupo al mismo tiempo, como forma de limitar riesgos de enfermedad o transmisión.
Nuevo Observatorio Socioeconómico y Comportamental
Los integrantes del GACH observan una menor percepción del riesgo, aspecto que Cohen relacionó a una “fatiga” de la población, que lleva a una baja en el cumplimiento de las medidas dispuestas.
En ese sentido, el científico anunció la creación de un observatorio socioeconómico y comportamental para identificar las dinámicas y condiciones socioeconómicas y fenómenos psicosociales, hacia dónde dirigir las medidas no farmacológicas y las de carácter social y económicas, que inciden en los aspectos comportamentales.
Gobierno y el GACH trabajan en la adquisición de las vacunas
Las dosis para inocular a la población podrían llegar a Uruguay en el primer trimestre de 2021, estimó Radi, quien consideró que lograr la inmunidad comunitaria implicará un proceso de varios meses.
“La primera ola nos impone que tenemos que conseguir la vacuna más rápida. Uruguay está trabajando con las que están en fase 3 y aprobadas”, informó.
En referencia al proceso de vacunación, adelantó que seguramente se concrete por etapas, según el proveedor. La prioridad para vacunar será el personal de salud, adultos mayores, personas con comorbilidades (diabéticos, hipertensos y obsesos), trabajadores esenciales (policías, militares y docentes), y luego, el resto de la población.